Suele situarse el punto de partida de la Edad Contemporánea en el
año 1789, fecha del inicio de la Revolución
Francesa.
El
siglo XIX se inaugura bajo el influjo de la Revolución Francesa y
las conquistas napoleónicas. El Congreso de Viena (1815) supuso en
principio, el triunfo de la Restauración y la reconstrucción
del mapa de Europa. Pero el equilibrio no se restablece. Las revoluciones de 1820, 1830, 1848, 1871 se
inician en Francia (excepto la de 1820, en España) y se extienden por toda
Europa. Los impulsos proceden del liberalismo, de los movimientos
democráticos,
el socialismo, y el anarquismo. Al mismo
tiempo otro movimiento recorre el continente: el nacionalismo,
que hacia fin de siglo deriva, en algunos casos, en imperialismo
colonialista. Las transformaciones económicas y sociales
producidas por la extensión de la Revolución Industrial contribuyen
de forma definitiva a un cambio radical del panorama histórico .
REVOLUCIÓN
FRANCESA
Fue la primera
gran revolución
burguesa europea, promovida por el ascenso de una burguesía que aspiraba
a las tareas de gobierno y se encontraba sojuzgada por la rigidez estamental
del Antiguo Régimen. Y como nada hay eterno, tras la toma
de la Bastilla el Antiguo Régimen cayó bajo la doble presión de la
burguesía
y de las clases populares. Entre 1789 y 1791 la Asamblea Constituyente
transformó radicalmente las instituciones políticas francesas:
fueron anulados los privilegios,derechos
feudales y señoriales
y las correspondientes obligaciones y pagos. La Constitución de
1791 supuso el establecimiento de los principios fundamentales
del nuevo régimen. Partiendo de la Declaración de
Derechos del Ciudadano: se proclamó la soberanía
popular, la división de poderes y la monarquía
constitucional. La decapitación de Luis XVI simbolizó la
total ruptura de la Revolución con el Antiguo Régimen. La
guillotina impuso su lógica afilada. El imperio del terror dio,
las rivalidades entre facciones paso a otra época no menos
aterradora para Europa:
El
19 de Brumario (noviembre) de 1799 Napoleón protagoniza
un golpe de estado que da lugar al primer Imperio Francés. Bonaparte
inicia sus campañas militares por toda Europa.
Las naciones europeas se aliaron frente al enemigo común y Napoleón
fue vencido en octubre de 1813 en la Batalla delas Naciones,
Leipzig.
Tras
la derrota de napoleón, Inglaterra, Rusia, Austria, Prusia y Francia,
acuerdan una reorganización del mapa de Europa y
la Restauración del Antiguo Régimen (absolutismo, tradicionalismo
y reconocimiento del papel del clero) en el Congreso de Viena en
1815.
Este
nuevo orden se impuso sin tener en cuenta la opinión pública,
lo que dio paso a un fervor nacionalista y liberal que, junto con el desarrollo
industrial, provocó el surgimiento de movimientos revolucionarios
de 1820, 1830 y 1848.
LAS
REVOLUCIONES LIBERALES:
Revoluciones
de 1820. Se inician en Alemania y España, ambas se alzan
contra el Antiguo Régimen restaurado, y exigen reformas liberales.
En las universidades alemanas, se lucha por una monarquía constitucional.
En España Riego se protagoniza un pronunciamiento militar
contra Fernando VII e instituye el trienio
liberal. Interviene la Santa Alianza:
los Cien Mil Hijos de San Luís, liderados por el Duque de Angulema,
y aliados con los realistas españoles, imponen
el absolutismo en 1823. Sin embargo, el clima revolucionario se extiende a Portugal
(que mantendrá el régimen liberal), Piamonte, Nápoles
y Grecia (que se independiza del Imperio Otomano). En estos mismos años
, la América española continúa luchando por su emancipación
y los nuevos Estados norteamericanos introducen instituciones liberales
en su organización política.
Revoluciones
de 1830: una nueva oleada revolucionaria de mayor
envergadura asola Europa; el
punto de partida de estas agitaciones es el alzamiento
de orleanistas y republicanos en París en julio de 1830; triunfan los primeros,
los cuales hacen abdicar a Carlos X, último rey francés de
la casa de Borbón
y proclaman a Luis Felipe de Orleáns como rey de Francia.
Desde Francia
la revolución se extiende a Bélgica, que obtiene la independencia
de Holanda, con la que formaba hasta entonces el reino de los Países
Bajos. Los Estados centrales de la confederación germánica serán
los siguientes en sufrir la oleada revolucionaria, seguidos de Polonia y los
pequeños Estados de la Italia central.
Las
revoluciones de 1830 acaban dando el triunfo al liberalismo en la Europa
Occidental. El siguiente ciclo revolucionario, en 1848, liberalizará los
regímenes
de Europa Central.
La
Revoluciones de 1848. Es el tercer golpe contra la Restauración.
La novedad respecto a las de los años 30 es el cambio
de agentes revolucionarios:
ya no son las clases ilustradas las que promueven el cambio, sino que entran
en la escena histórica los sindicatos obreros. Su presencia y la evolución
de los otros grupos hace que los ideales sean distintos: no se lucha por
una constitución liberal, sino por la democracia,
el sufragio universal, la libertad de prensa, etc…
La
revolución
se extendió por toda Europa (Nápoles, Milán,
Roma, Venecia, Berlín, Viena, Budapest). Marx, intervino activamente
en este período
revolucionario. Es justo en el 1848 cuando en Londres
redacta junto a Engels el Manifiesto del Partido Comunista, que
representa una denuncia al capitalismo emergente, y un llamamiento a la unidad
obrera por una transformación
radical de la sociedad.
La
Comuna de París: Tras la derrota en Francia
en la guerra franco-prusiana, tiene lugar en Paris la primera
experiencia de gobierno obrero (marzo-mayo de 1871). Ante el vacío de poder
se organiza
en París una revolución de carácter socialista.
Se celebran elecciones en los distritos parisinos y se organiza una ASAMBLEA
COMUNAL en la que participan grupos proudhonianos e internacionalistas
(bakuninistas y algunos marxistas). El ejército venido de Versalles
aplastó finalmente el intento revolucionario el 28 de mayo, en la
bien llamada Semana Sangrienta: 30.000 muertos, muchos más heridos,
y tal vez hasta 50.000 ejecutados más tarde o hechos prisioneros;
7.000 personas fueron desterradas a Nueva Caledonia. Para los presos hubo
una amnistía general en 1889.
LIBERALISMO, SOCIALISMO, ANARQUISMO
Son
las principales ideologías políticas del siglo XIX. La relación
entre ellas ha sido variada: unas veces se han unido contra la Restauración,
otras se han combatido entre si. El liberalismo económico, claro defensor
del capitalismo, ha sido combatido por el anarquismo y el socialismo. Socialismo
y anarquismo a su vez se han combatido mutuamente porque, para los segundos,
los socialistas no eran lo suficientemente revolucionarios y radicales.
El liberalismo
social defiende la no intromisión del Estado o de los colectivos
en la
conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales no-mercantiles,
admitiendo grandes cotas de libertad de expresión y religiosa. El liberalismo
económico defiende la no intromisión del Estado
en las relaciones mercantiles (reduciendo los impuestos a su mínima
expresión y eliminando cualquier regulación sobre comercio,
producción, condiciones de trabajo, etc.), sacrificando toda protección
a "débiles" (subsidios de desempleo, pensiones públicas,
beneficencia pública) o "fuertes" (aranceles, subsidios
a la producción, etc.).
El anarquismo (Bakunin,
Kropotkin) : es una doctrina política que se opone a cualquier clase
de jerarquía, tanto si se ha consolidado por la tradición o
el consenso como si se ha impuesto de forma coactiva. Los anarquistas creen
que el mayor logro de la humanidad es la libertad del individuo para poder
expresarse y actuar sin que se lo impida ninguna forma de poder, sea terrena
o sobrenatural, por lo que es básico abatir
todo tipo de gobierno, luchar contra toda religión o secta organizada, en cuanto que éstas
representan el desprecio por la autonomía de los hombres y la esclavitud
económica. Combatir al Estado como entidad
que reprime la auténtica
libertad económica y personal de todos los ciudadanos se convierte
en una necesidad inmediata y la desaparición del Estado se considera
un objetivo revolucionario a corto plazo
El socialismo no
es una corriente política única: el socialismo
utópico, de Fourier, Owen, Saint Simon,
al hilo de la degradación humana que suponía la extensión
de la Revolución Industrial, proponían la necesidad de reformar
la sociedad de modo pacífico. Fueron criticados por los socialistas
partidarios del materialismo científico, Marx y Engels, que
por el contrario proponían no reformas, sino una revolución
basada en un análisis exhaustivo del sistema capitalista capaz de
transformar la estructura económica de la sociedad.
LOS
NACIONALISMOS.
Durante el siglo XIX
se propagó por toda Europa. Muchas de las políticas europeas
del siglo XIX
pueden ser vistas como luchas entre antiguos regímenes
autocráticos y nuevos movimientos
nacionalistas. En algunos casos el nacionalismo tomó una ideología
liberal y contra la monarquía,
mientras que en otros los movimientos nacionalistas fueron apoyados por
regímenes monárquicos conservadores. Durante dicho siglo,
los viejos estados plurinacionales (como el Imperio Austrohúngaro)
comenzaron gradualmente a agrietarse, y varios estados localizados fueron
absorbidos por entidades nacionales mayores, como Italia (unificada
por Garibaldi bajo el mandato del rey Victor Manuel II en 1870) Alemania (unificada
entorno a Prusia tras la guerra franco-prusiana en 1871, siendo canciller
Otto Von Bismarck). Otros ejemplos de nacionalismo son Grecia,
Irlanda y los países de América del Sur.
EL COLONIALISMO.
El colonialismo es un fenómeno muy
antiguo, sin embargo el del siglo XIX tiene como causa
principal la dinámica
del capitalismo moderno, en la que se subraya la necesidad europea de encontrar
materias primas y salidas comerciales para su excedente de capital. Por
otra parte, los intereses estratégicos e internacionales generalizaron
la tendencia de los dirigentes europeos a utilizar
las colonias como fichas en un tablero mundial de ajedrez.
Quizás
el más notable es el de Gran Bretaña bajo la monarquía
de la Reina Victoria. En América del norte, tras la independencia
de los estados Unidos de América del Norte, contaba con Canadá.
En el Caribe: Jamaica; En Asia: La India, Birmania, Beluquistán (actual
Pakistán); en Oceanía: Australia (parte), Nueva Zelanda; en África:
Unión Sudafricana, Rodesia, Botswana (actual) Los territorios coloniales
británicos tuvieron regímenes de gobierno muy diferentes. Las
colonias en América tenían un régimen de tipo republicano.
En cambio la India era gobernada por un virrey.
En menor
grado, Francia, Portugal, Holanda, Bélgica, Alemania e Italia, también
extendían sus dominios a territorios de ultramar. El Imperio
español
fue perdiendo sus colonias americanas. Pero fue en 1898, con la pérdida
de Cuba y Filipinas, cuando se produjo una verdadera crisis moral que dio
lugar a un gran número de reflexiones sobre el destino del país.
SOCIEDAD
Europa se transforma: nuevas clases sociales protagonizan
los procesos de cambio (la sociedad estamental ha desaparecido definitivamente).
La burguesía -capitalista e industrial- triunfa y se enriquece. Como
antagonista, el proletariado, que lentamente cobra
conciencia de su condición de explotado. Crecen las ciudades, donde se instalan las nuevas industrias
(necesitadas de mano de obra), y su configuración revela la nueva
estructura social: barrios burgueses, barrios donde se hacina el proletariado.
Entre ambas clases sociales se colocan las clases medias, surgidas del desarrollo
del sector terciario (profesionales de la enseñanza, funcionarios...)
El XIX
se caracteriza también por una notable difusión de
la cultura a través de la lucha contra el analfabetismo, la obligatoriedad
de la enseñanza primaria y la multiplicación de periódicos y revistas. Además, la universidad vuelve a ser el
centro principal de la cultura, especialmente en Alemania y Francia.
ROMANTICISMO
Y POSITIVISMO.
Suelen distinguirse en este siglo dos
grandes corrientes:
el Romanticismo: movimiento estético que se originó en
Alemania a fines del siglo XVIII como una reacción al racionalismo
de la Ilustración y el Neoclasicismo, dándole preponderancia
al sentimiento. Se desarrolló fundamentalmente en
la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Alemania a Inglaterra, Francia,
Italia, España, Rusia, Polonia, Estados Unidos y las recién
nacidas repúblicas hispanoamericanas… Podemos encontrar ejemplos
en todas las artes, en la literatura, la filosofía, la política… El Romanticismo filosófico se
revela contra el racionalismo ilustrado. Lo irracional (el sentimiento,
la intuición, la imaginación) se coloca en primer término,
dando paso a una nueva racionalidad: la Razón se convierte
en poder infinito, capaz de llegar a los más recónditos rincones de
la realidad. Se exalta la individualidad, la naturaleza,
la tradición
y la historia, la libertad...
El Positivismo se aparece
como una reacción contra el Romanticismo. Ocupa
la segunda parte del siglo. El término positivismo se debe
a Comte, pensador francés, quien dijo adiós
a la imaginación y a las ensoñaciones románticas,
y se centró en una concepción cientifista de la realidad:
nada de ideas, sólo hechos observables y leyes científicamente
construidas, orden y no desorden. Rechaza la metafísica y a la teología como sistemas de conocimiento caducos e inútiles. Así mismo,
el darwinismo, el utilitarismo, podrían ser consideradas dos corrientes
filosóficas afines al positivismo.
ARTES Y LITERATURA.
Tras el período romántico de
la primera mitad de siglo, el terreno artístico el realismo sevaimponiendo
frente al romanticismo en las artes plásticas, aunque
a finales del XIX surge el impresionismo. En literatura,
el realismo de Zola y Víctor Hugo representan en Germinal y Los miserables,
respectivamente, las difíciles condiciones de vida de las clases populares.
Tolstoi y Dostoievski, Stendhal, Dickens... son algunos ejemplos de la grandeza
de este movimiento. En música, el romanticismo y el nacionalismo se
unen en figuras como Chopin y List, Schubert y Schumann, Verdi y Wagner,
por citar a algunos.
CIENCIA
Y TÉCNICA.
La ciencia y la
técnica se alían
con el capitalismo para impulsar la industria se configurarán en
el motor del progreso la nueva industria nacida
a partir de la aplicación
de nueva tecnología -la máquina de vapor- y a partir del
nuevo capitalismo industrial y burgués que, como señala Max
Weber, surge en el mundo occidental gracias a "la organización
racional del trabajo", "del capital fijo y del cálculo
seguro" de los beneficios. Nos referimos también, a la nueva
ciencia positiva que encontrará en la industria su principal lugar
de aplicación. Esto es, la aplicación consciente de la ciencia.
Después
de 1840, el maquinismo industrial se complicó y en el término
de 50 años todas las industrias fueron reequipadas. En las ciudades
se concentró la industria con sus grandes fábricas y los talleres
desaparecieron progresivamente. Se busca el máximo de rendimiento en
el menor tiempo posible, a ello contribuye la especialización y la producción
en serie. El uso de nuevas fuentes de energía y las nuevas máquinas,
abrieron paso a la era de la siderurgia moderna. Los transportes y las comunicaciones
alcanzaron gran despliegue a partir de la segunda mitad del siglo XIX, gracias
a los grandes avances científicos, al descubrimiento de nuevas fuentes
de energía y la importancia que había cobrado la industria del
carbón, el hierro y el acero. La gran revolución del
transporte terrestre fue protagonizada por el ferrocarril. El barco
de vapor, amplió el
mercado internacional. Gran desarrollo alcanzaron las comunicaciones postales:
El telégrafo (Morse en 1837) se extendió con increíble
rapidez. En 1876, Alejandro Graham Bell inventó el teléfono que
se difundiría a partir de 1879. En 1877 Tomás Alva Edison construyó el
primer fonógrafo y en 1887 apareció la telegrafía sin
hilos (radio) (Marconi).
Además
de las aplicaciones técnicas de la ciencia, también se producen
notables avances en Biología: Darwin (1809-1892)
revolucionó el
saber biológico con su obra Sobre el origen de las especies en términos
de selección natural (1859). Los avances médicos y el mejoramiento
de los métodos de higiene lograron un progreso en beneficio de una mejor
salud pública y una mayor expectativa de vida. La desinfección
de instrumental quirúrgico, el uso de anestesia, el descubrimiento por
Koch de los bacilos que producen la tuberculosis y el cólera. El francés
Luis Pasteur y su estudio de las bacterias dio origen a una nueva ciencia:
la bacteriología.
El siglo
XIX supone, tras lo dicho, una transformación total de todos los aspectos
de la existencia humana
G.W.F. HEGEL 1770-1831
Nació
en Stuttgart en 1770, y muere en Berlín en 1831. Reaccionó frente
a la filosofía
kantiana y sus escisiones, intentando construir un sistema filosófico
sólido
y definitivo. De hecho, se puede considerar el último gran sistema, el más
completo, a pesar de sus posteriores detractores.
La pretensión fundamental de Hegel fue la de introducir
la razón en la
historia, es decir, intentar encontrarle un sentido, una racionalidad
mediante un método afín a la realidad misma: la dialéctica.
La filosofía hegeliana es idealista y prima en ella el intento de comprensión
de la realidad, antes que su transformación práctica. De hecho, suele citarse
para ilustrar este aspecto eminentemente teórico de la filosofía el
siguiente texto hegeliano:
"La tarea de la filosofía es entender lo que es la razón. En lo que respecta al individuo, cada uno es hijo de su tiempo; del mismo modo, la filosofía es su tiempo aprehendido en pensamientos. Es igualmente insensato creer que una filosofía puede ir más allá de su tiempo presente como que un individuo pueda saltar por encima de su tiempo. Pero si su teoría va en realidad más allá y se construye un mundo tal como debe ser, éste existirá por cierto, pero sólo en su opinar, elemento dúctil en el que se puede plasmar cualquier cosa..."Para agregar algo más sobre la pretensión de enseñar cómo debe ser el mundo, señalemos, por otra parte, que la filosofía siempre llega tarde. En cuanto pensamiento del mundo, aparece en el tiempo tan sólo después de que la realidad he consumado su proceso de formación y se halla ya lista y terminada. Lo que enseña el concepto, lo muestra con la misma necesidad la historia: sólo en la madurez de la realidad aparece lo ideal frente a lo real, y erige a este mismo mundo, aprehendido en su sustancia, en la figura de un reino intelectual. Cuando la filosofía pinta con sus tonos grises ya ha envejecido una figura de la vida que sus penumbras no pueden rejuvenecer, sino sólo conocer; el búho de Minerva solamente alza su vuelo en el ocaso" [Hegel: Filosofía del derecho. Prefacio]
Esta vocación teórica será duramente criticada por Marx.
Sus principales obras:
- Fenomenología del Espíritu.
- Lecciones sobre Historia de la Filosofía.
- Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal.
- Filosofía del Derecho.
- Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas.
Hegel pretende llegar a un conocimiento absoluto de la realidad tal
como es en sí misma, y no sólo en cómo se nos aparece, al contrario de lo
que pensaba Kant, para el que no se podía ir más allá de la experiencia, o
lo que es lo mismo: sólo se podía conocer el fenómeno y no el noúmeno.
La concepción de la realidad hegeliana es bastante más compleja y rica que
la realidad fenoménica kantiana. Lo real no es la mera yuxtaposición de cosas,
sino su interrelación. En efecto, la realidad es una estructura
compleja caracterizada por la contradicción. Las cosas, los acontecimientos
no se pueden entender de una manera aislada, sino en sus relaciones recíprocas,
porque cada ser se relaciona con el Todo y sólo puede ser comprendido
en función de la totalidad, sin la cual nada sería. La realidad total es histórica,
pues cada ser o acontecimiento es sólo un momento necesario en el
devenir del todo.
La realidad no es estática, sino dinámica y dialéctica. Es dinámica
porque todo está en continuo cambio, nada permanece. El motor de ese
continuo devenir es la contradicción: a la noche le sigue el día, el
dolor al placer, y ninguno de estos contrarios puede entenderse sin su opuesto.
Es dialéctica porque, tal como acabamos de decir, se caracteriza por
la contradicción y la lucha constante de opuestos:
"En la historia caminamos entre las ruinas de lo egregio. Todo parece pasar y nada permanecer. Todo viajero ha sentido su melancolía. ¿Quién habrá estado entre las ruinas de Cartago, de Palmira, de Persépolis o de Roma, sin entregarse a consideraciones sobre la caducidad de los imperios y los hombres, al duelo por una vida pasada fuerte y rica? [...] Pero otro aspecto se enlaza enseguida con esta categoría de la variación: que una nueva vida surge de la muerte" [ Hegel: Lecciones sobre la filosofía de la historia universal]
La realidad es un Todo ascendente desde el reino mineral hasta
el ser más complejo: el hombre. La historia es el desarrollo del Espíritu
o Idea (Hegel entiende por espíritu no lo contrario del cuerpo, sino
la realidad entera animada por el Lógos), que tras enajenarse en la naturaleza
retorna a la interioridad o conciencia de sí, lo cual no es otra
cosa que el hombre mismo en cuanto ser que conoce y se conoce a sí mismo.
Dirá Hegel:"Todo lo racional es real y todo lo real es racional".
La primera parte de la frase es un poco complicada de explicar porque se puede
interpretar de muchas maneras, de hecho, como tendremos oportunidad de ver,
y por eso nos interesa esta frase, la interpretación que hizo Marx difiere
bastante de esta, ya que su empeño era echar por tierra la filosofía hegeliana.
Pero entremos en el tema: lo real es para Hegel lo que es capaz
de actuar, de crecer, de desarrollarse y llegar a ser más. Y el ser más
real que existe es el hombre porque es el animal que ha llegado
más lejos: es capaz de pensar, más aún: es el ser que se piensa a sí mismo,
es racional, y por eso es más real que otros seres. Otra posible
interpretación, quizá la más sencilla, es que sólo se puede pensar sobre lo
real, o lo que ya ha sucedido, porque sólo de ello se pueden tener conceptos.
En cambio, pensar sobre lo que aún no existe es una fabulación o una creación,
no pensamiento, al menos todavía. Lo cual no obsta para valorar negativamente
esas creaciones.
Cuando Hegel dice que lo real es racional quiere decir que la realidad,
aunque está en continuo cambio, no es caótica e incomprensible, sino todo
lo contrario: tiene una razón de ser tal como es, o lo que es lo mismo,
está regida por el Lógos universal, lo cual no implica que no pueda
transformarse, es más, es imposible que no se transforme porque si algo define
a la realidad, a parte de su racionalidad, es su dinamismo. El Lógos o
razón de la realidad es la contradicción y el cambio. El Lógos es dialéctico.
Si la realidad es dialéctica, el conocimiento de ella ha de ser igualmente
dialéctico. La concepción hegeliana tanto de la dialéctica como de
la realidad guarda una relación de semejanza con la idea tradicional de lo
orgánico como una totalidad dinámica, cada vez más compleja, en la
que el resultado final es inconcebible sin la consideración del desarrollo.
Así, parece imposible pensar en una mujer que no haya sido niña. Mujer
y niña son y no son personas distintas, sino diferentes a un tiempo
que son la misma; mujer y niña no son términos contradictorios,
sino correlativos o dialécticos.
Como hemos dicho, si la realidad no es estática, sino dinámica y dialéctica
es preciso encontrar un método afín a ella: el dialéctico.
En efecto, para pensar dialécticamente la realidad, y por lo tanto, llegar
a un conocimiento sistemático de ella (todo conocimiento, y
especialmente la filosofía o saber absoluto debe ser, según Hegel,
sistemática, es decir, debe dar cuenta de la totalidad, porque la realidad
es un Todo = Sistema) es preciso dejar a un lado el entendimiento
de tipo kantiano que la reduce a categorías estáticas, aislando a los entes
de sus relaciones, y es preciso, según Hegel, hacer uso de la razón
dialéctica, cuyas principales categorías son: relación, contradicción,
movimiento y totalidad.
El método dialéctico se compone de tres momentos: tesis,
antítesis y síntesis. Esta terminología no es hegeliana sino que fue propuesta
por otro pensador idealista: Fichte, aunque comúnmente se emplee por ser menos
complicada que la empleada por Hegel. Veamos esos tres momentos:
a) Tesis: es el momento afirmativo, pero toda afirmación tiene dentro
de sí una contradicción. ej.: el día (tesis) necesariamente muere con la noche
(antítesis). Cuando pienso en el día, inmediatamente pienso la noche, ambos
términos son contradictorios, pero correlativos, se siguen el uno al otro.
b) Antítesis: es lo contrario de la tesis, la negación de la afirmación
anterior. La realidad es conflicto, lucha de contrarios, y esa contradicción
es el motor de la dialéctica. Este momento es el que dinamiza la realidad,
lo que la hace moverse. ej.: noche (negación del día).
c) Síntesis: es la superación del conflicto, la negación de la negación
anterior. Los dos momentos anteriores son a la vez eliminados y conservados.
ej.: la tarde.
La síntesis se convierte inmediatamente en tesis del proceso
siguiente, que a su vez dará lugar nuevamente a una síntesis,
que será a
su vez, la tesis del proceso siguiente, y así sucesivamente, hasta el infinito.
El proceso es continuo.
Un ejemplo algo más claro, creo, que el anterior sería: padre, madre y niño.
convengamos en elegir al padre como tesis: en efecto, el padre
es el padre, pero también podemos decir de él que no es la madre.
La madre sería la antítesis del padre, su negación: la madre
es el no-padre. Pero la cosa no se para ahí, el niño sería la
síntesis, de los dos momentos anteriores: es padre y madre al mismo
tiempo, y a la vez es algo más que ellos dos. Es además él mismo. Con
esta última afirmación vuelve a repetirse el proceso, ya que el niño se hará
hombre (tesis), se relacionará con alguna mujer (antítesis) ("eso es por lo
menos lo que sus padres esperan", ya me entendéis) y su hijo (síntesis) volverá
a hacer lo propio.
En resumen, si la realidad es dialéctica, el modo de conocerla y expresarla
debe ser igualmente dialéctico.
En la Fenomenología del espíritu ("Dialéctica
del amo y del esclavo") Hegel muestra la relación entre el amo y el esclavo como
una relación dialéctica: en la lucha a muerte que los hombres tienen
por el reconocimiento y el prestigio, el que teme morir, cede y se convierte
en esclavo; el otro es reconocido como señor, siendo el esclavo el que trabaja
para él. Pero pronto
se intercambian los papeles, porque el reconocimiento del
esclavo no tiene ningún valor, puesto que no es un hombre libre; además,
el esclavo se interpone entre el amo y el mundo, de tal modo que el
amo (que no trabaja) pierde todo contacto con la realidad (según Hegel el
contacto con la realidad se produce a través del trabajo) En cambio el esclavo
conseguirá su libertad
por medio del trabajo, aunque después de esfuerzos y
pérdidas. En
última instancia es el amo el que depende del esclavo
para sobrevivir, y por lo tanto en el fondo, es él mismo el verdadero esclavo. Será conveniente
recordar esto a la hora de entender la concepción dialéctica de la historia
en Marx.
La filosofía hegeliana es un Idealismo Absoluto. Esto significa que
Hegel hace de la Idea lo Absoluto. La Idea es dentro del proceso dialéctico
de la realidad lo primero y lo último, aunque la Idea o Espíritu al
principio de su desenvolvimiento no se ha desarrollado, sino que es en
sí, luego sale fuera de sí, y por último, es para sí. El
sistema hegeliano se divide en las siguientes partes:
Lógica.
Filosofía de la naturaleza.
Fenomenología del Espíritu.
LÓGICA
Trata de la Idea en sí, cuando aún no se conoce a sí misma. La parte
del sistema hegeliano que estudia este primer aspecto es la Lógica.
Metafóricamente podría decirse que el Lógos en su primer estadio evolutivo
es como una madre en parto eterno de la que irán saliendo al exterior todas
las realidades que pueblan el cosmos. Cuando todo eso se encontraba en su
vientre, ella aún no lo conocía (por eso se define la Lógica como la idea
en sí que aún no se conoce porque no se ha exteriorizado): ha sido preciso
el parto, la exteriorización, para que la madre contemple lo parido, y para
que, de modo indirecto, a través de su creación se contemple a sí misma y
se reconozca.
La lógica es en definitiva la reflexión metafísica sobre el desarrollo del
Lógos, ese desarrollo se concreta en la naturaleza (segundo
paso: filosofía de la naturaleza) y en el ser humano (tercer
paso: Filosofía del Espíritu).
FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA
La Idea que en la Lógica aún estaba
en sí, sale de sí misma, fuera de sí, se enajena o aliena,
haciendo posible la distinción entre el sujeto que conoce y el objeto conocido
(siguiendo la metáfora, entre la madre y la maternidad, la madre sólo conoce
su maternidad cuando pare a su descendencia). La parte del sistema hegeliano
que estudia este segundo aspecto es la matemática y la Física.
En la Filosofía de la Naturaleza el Lógos se despliega dialécticamente
en tres tipos de realidades:
- Mecánica: la realidad como conjunto de procesos mecánicos.
- Química: la realidad como conjunto de procesos químicos.
- Teleología: la realidad actúa conforme a fines.
FILOSOFÍA DEL ESPÍRITU
La Idea para sí es el resultado de exteriorización
en la naturaleza y el retorno a sí misma tras tomar conciencia de sí como Espíritu.
El estudio de este último aspecto lo llama Hegel Filosofía del Espíritu,
dedicada al estudio del comportamiento humano, desde las formas inferiores de
conocimiento a las superiores, siguiendo en su exposición una tripartición dialéctica.
Espíritu es
la Idea o Lógos
que tras su enajenación en la naturaleza, retorna a sí misma (se reconoce
a través de la razón humana). La esencia del espíritu es la Libertad,
a la que sólo llega tras tomar conciencia de sí. Su tarea es la realización
de esa libertad en las instituciones históricas concretas. Tres son los
momentos del que recorre el espíritu: subjetivo, objetivo y absoluto:
Espíritu subjetivo: es el descubrimiento de
sí que se da paso a paso desde el escalón más bajo de conocimiento al más alto.
Este momento se desarrolla a su vez en otros tres momentos:
Antropología:
se corresponde a la encarnación
del alma en el cuerpo y el tipo de conocimiento que surge es la sensación
y el sentimiento.
Fenomenología:
el Espíritu empieza a
tener conciencia de sí mismo. Es autoconsciente y descubre lo otro
distinto de sí: el mundo.
Psicología:
el Espíritu se reconcilia
consigo mismo y con el mundo exterior. Toma conciencia de su libertad.
Espíritu objetivo: Después que el Espíritu se ha descubierto como
sujeto, trata de realizar su propia libertad a través de otros tres estadíos:
Derecho:
en el que el espíritu
se reconoce como persona en cuanto que es propietaria. La primera
relación
interpersonal es el contrato. Ahora bien, en el plano del derecho
no se resuelven los conflictos generados por la diversidad de fundamentos
jurídicos,
tantos como personas. Ante esta contrariedad exterior la persona se repliega
al interior:
Moralidad:
esfera en la que la persona deviene sujeto. Está marcada por la distinción
entre interno-externo, entre intención moral y acción que busca el bien.
Eticidad: en la que coinciden ser y deber ser, particularidad y universalidad.
La eticidad se divide a su vez en tres momentos. Su punto de partida es la familia en
la que la sustancia ética es amor. La familia es superada por la sociedad
civil, segundo momento, en la que se satisfacen las necesidades particulares
mediante su articulación en un sistema de necesidades (a través del
trabajo y su división); la sociedad se estructura mediante estamentos y leyes.
El Estado, tercer momento, es unidad de la familia y la sociedad civil
en el que se realiza efectivamente la ética y la libertad. En el Estado es
preciso considerar el derecho interno, es decir, la constitución; el externo,
sus relaciones con los demás Estados, y finalmente, la historia del mundo
o historia universal, como sucesiva encarnación de la Idea absoluta
en los diferentes Estados particulares, según la diversidad de Volksgeister,
que son condición de posibilidad de los individuos, y que a su vez son distintas
encarnaciones del Weltgeist. La concepción del Estado como síntesis
y esencia eterna y universal será duramente criticada por Marx, ya lo veremos.
Espíritu Absoluto: Es el reencuentro definitivo del Espíritu consigo
mismo a través de tres producciones:
Arte: en donde la idea se expresa
de una forma inmediata a través de la materia y de los sentidos, y se
desarrolla conforme a diversas manifestaciones: arte simbólico que se
caracteriza por el desequilibrio entre la Idea infinita y la forma sensible;
el arte clásico, en el que la Idea y la forma guardan perfecto equilibrio
(figura humana). El arte romántico o cristiano en la que se opera la
ruptura entre contenido y forma, la belleza ya no es corpórea, sino espiritual.
Religión: es un saber fundado en
la representación y en la contradicción entre materia y forma. Su expresión
es el culto. También pasa por tres estadios: religión natural, religiones
de la libertad, religiones de la individualidad y la religión absoluta: cristiana.
Filosofía: es el saber absoluto,
en donde la Idea se piensa a sí misma. El absoluto no es ya sentido o representado,
sino que es objeto de la especulación. La filosofía es historia de
la filosofía, o filosofía de la filosofía. La sucesión de las diversas filosofías
y su aparente contradicción no es más que la manifestación de los momentos necesarios
en el devenir de la Idea. La historia es herencia, como un revivir, que es
al mismo tiempo un conservar y renovar el patrimonio adquirido.
Tratamos del concepto de trabajo en Hegel, dado que Marx lo toma de él
precisamente, al igual que ocurre con la dialéctica. En efecto, el trabajo
es, según nos dice Hegel en su Filosofía del derecho, el comportamiento
fundamental del ser humano y está ligado al proceso de humanización de un modo
insoluble. Hace especial mención del concepto que estudiamos en la parte de
la obra dedicada a lo que él llama "sistema de las necesidades" en la
sociedad civil (Sistema de la eticidad, perteneciente al Espíritu
Objetivo)
Hegel caracteriza la sociedad civil como un sistema de necesidades de bienes
que han de obtenerse por medio del trabajo, que es una actividad objetiva (produce
objetos). Hegel tiene en cuenta la división del trabajo fruto de la especificación
de los bienes y de las necesidades, lo cual requiere que el trabajo del individuo
se especifique:
[...] El trabajo del individuo se torna más sencillo mediante la división y, en consecuencia, más grande la destreza en el propio trabajo abstracto, así como la cantidad de las producciones propias. A la vez, esa abstracción de la destreza y del medio se hace completa, tornándola necesidad total la dependencia y la relación de intercambio de los hombres para la satisfacción de las otras necesidades. La abstracción del producir, además, convierte al trabajo siempre más mecánico y, por tanto, finalmente, apto para que el hombre sea eliminado y pueda ser introducida la máquina en su puesto.[Hegel: Filosofía del derecho]
*************
Tras la muerte de Hegel, su gran sistema filosófico suscitó reacciones de todo
tipo. En general, suelen distinguirse dos líneas dependientes de su pensamiento,
aunque no necesariamente se muestran de acuerdo con el mismo: derecha
e izquierda hegeliana.
En efecto, la ambigüedad de ciertos aspectos de la filosofía hegeliana dio lugar
a dos posibles interpretaciones dentro de la misma izquierda hegeliana:
por una parte, su filosofía fue considerada como una justificación ideológica
del poder autoritario y del Estado fascista. Por otra, se consideró que
el carácter dialéctico de su pensamiento era un motor transformador del orden
político y social establecido. Según Engels:
"Quien hiciese hincapié en el sistema de Hegel podía ser bastante conservador en ambos terrenos (la religión y la política); quien considerase como primordial el método dialéctico podía figurar, tanto en el aspecto religioso como en el aspecto político en extrema oposición" [Engels: Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana].
La crítica de Marx hará hincapié en el aspecto sistemático, acusando
a Hegel de conservador. Sin embargo, es injusta su aversión a Hegel ya que de
él tomará el método dialéctico y la consideración del trabajo, por no hablar
de su terminología.
FEUERBACH 1804-1872
Feuerbach (1804-1872) fue discípulo de Hegel en Berlín, pero ya en 1839 publicó
una Crítica a la filosofía hegeliana. En 1841 apareció su obra fundamental:
la esencia del cristianismo, que tuvo una gran repercusión (ya veremos
la critica de Marx a los contenidos de esta obra). Feuerbach pertenece a la
llamada izquierda hegeliana.
Centraremos nuestra exposición de la filosofía de Feuerbach en dos aspectos:
Feuerbach siente la necesidad de reformar radicalmente la filosofía tal
como la entendió Hegel, ya que según Feuerbach, su labor no es la de mirar al
pasado, sino la de transformar el presente con vistas a la construcción
del futuro.
Empieza Feuerbach haciendo una crítica a la filosofía hegeliana. En primer
lugar la acusa de ser una teología racionalizada porque lo
único que ha hecho es sustituir el nombre de Dios por el de Naturaleza e Historia,
sustituyendo al Dios trascendente de la teología clásica por un Dios inmanente
(Lógos presente en la naturaleza y la Historia).
En segundo lugar, la acusa de ser un idealismo
que deforma y transforma la realidad reduciéndola a pensamiento o espíritu.
Hay que decir que Feuerbach es materialista, lo cual significa que considera
la realidad como pura materia, dando prioridad a lo sensible.
Feuerbach no considera la religión como algo absolutamente negativo, sino que
trata de poner de manifiesto su verdadera función. Según dicho filósofo, el
secreto de la teología es la antropología, lo cual viene a significar que
la religión es la expresión alienada de la imagen que la propia humanidad
tiene de sí misma. Veamos cómo se produce esta alienación:
Con
la expresión esencia teológica de la religión se hace referencia
a la relación del ser humano con Dios, entendiéndolo como un ser distinto y
separado, que posee de un modo infinito y absoluto todas las propiedades y perfecciones
que el hombre sólo tiene de un modo finito. Pero esta idea de Dios como ser
de infinitas perfecciones no es sino un producto del ser humano. Feuerbach explica
la génesis de Dios a partir de la proyección que el hombre hace de sí mismo
y de su esencia. Lo cual se produce en tres momentos:
a) La objetivación fuera de sí que el hombre hace de sus predicados
y determinaciones.
b) La separación de esos predicados de su relación originaria con el
hombre, y la abstracción de los límites que esos predicados tienen
en el ser humano individual.
c) La consideración de esos predicados así separados y objetivados en un ser
extraño al hombre.
Por alienación entiende Feuerbach dos cosas.
Primero:
se expropia la esencia humana y se la sitúa fuera de la humanidad.
Segundo:
el hombre se somete a algo extraño que niega la realidad sensible que es el
hombre.
Según Feuerbach, la alienación religiosa es necesaria en un primer momento para
que la humanidad se conozca, pero debe ser luego eliminada para que el hombre
se reconcilie con su propia esencia. Por lo tanto, la
verdadera divinidad no es Dios, sino la Humanidad.
KARL MARX 1818-1883
Marx
(Tréveris 1818- Londres 1883)Ver
contexto
Obras
principales:
- Crítica a la filosofía del Derecho de Hegel (1843)
- Economía y filosofía (1844)
- Tesis sobre Feuerbach (1845)
- Manifiesto del partido comunista (1848)
- Contribución a la crítica de la economía política (1859)
- El Capital (1885-1895)
La filosofía de Marx se distingue por su carácter antiteórico y
comprometido respecto al esfuerzo de liberación de la clase obrera frente
a la sociedad burguesa que se había ido formando a consecuencia de la
Revolución Industrial a partir de finales s. XVIII. La acción
o praxis revolucionaria forma parte integrante de su filosofía.
Según Lenin, las tres fuentes de la obra marxiana, y contra las cuales
se pronuncia son:
a) Filosofía alemana clásica: Hegel y Feuerbach principalmente.b) Economía política inglesa: Adham Smith, David Ricardo, Malthus...c) Socialismo utópico: Saint-Simon; Fourier; Owen.
El pensamiento marxista puede ser interpretado desde tres puntos de vista complementarios:
a) Tª Económico-sociológica: Teoría crítica sobre la realidad
social burguesa y capitalista, en la que al tiempo de ofrecer
una interpretación de la misma, adelanta una interpretación
de la historia como lucha dialéctica de clases (capitalistas/proletarios).
b) Tª política: que propone una praxis revolucionaria incardinada
a la transformación de la realidad y de la estructura económico-política.
c) Critica filosófica: Pone en tela de juicio a toda
la filosofía
anterior, especialmenteal idealismo alemán en la figura de Hegel y
el materialismo mecanicista de Feuerbach. Marx pretende dar a la filosofía
un giro pragmático al considerar que el mero pensar y teorizar sobre
la realidad no es suficiente.
El marxismo es, en definitiva, una concepción del mundo.
2. CRÍTICA DE MARX A LA FILOSOFÍA ANTERIOR
Para Marx, Hegel representa el sumum
del pensamiento burgués,
aún así, hay que reconocer en Marx un gran número de elementos
hegelianos, tales como la idea de dialéctica y de trabajo. Pero, en
general, considera a la filosofía hegeliana como bastante reaccionaria,
en cuanto que identifica: REALIDAD=RACIONALIDAD, según
Hegel:"Todo lo racional es real, y todo lo real es racional"
La segunda parte de la frase le pareció a Marx inadmisible,
ya que afirmar eso significaba que también la realidad social y política
de su tiempo eran igualmente racionales. Una afirmación semejante no
es más que mera apología del presente, una justificación
del orden establecido. A partir de tal afirmación se
deduce, según Marx, que toda posibilidad de cambio o transformación
es irracional, porque todo lo que es real es racional, y, por
consiguiente, todo lo que todavía no es real, sino posible,
es irracional. De ahí el carácter reaccionario
de la 2ª parte de la frase. Por lo tanto, tal afirmación
es insostenible, ya que la existencia del proletariado, clase condenada
a un tipo de vida casi animal, contradice la supuesta racionalidad de la realidad.
En otro orden de cosas, Marx critica la concepción hegeliana del
saber y la filosofía. Hegel afirmaba que la filosofía llegaba
siempre demasiado tarde: en tanto que pensamiento del mundo aparece sólo
cuando la realidad ha cumplido su proceso de formación. Vendría
a ser como "el búho de Minerva solamente alza su vuelo en el
ocaso". La filosofía es reducida por Hegel a interpretación,
a teoría, a una visión de la realidad como sistema perfectamente
coherente. Para Marx, en cambio, este modo de entender la filosofía
es ideológico porque contribuye a perpetuar modelos ya establecidos,
y contra Hegel afirma en su undécima tesis sobre Feuerbach que: "Los
filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos,
de lo que se trata es de cambiarlo"
Marx criticó el lado estático de la filosofía hegeliana,
expresado en su concepción de sistema, pero, por otra parte, aceptó su
carácter dinámico adoptando el concepto de dialéctica.
Recordemos que, según Hegel, la realidad es dinámica y
su fluir constante viene determinado por la lucha de
contrarios, expresada
en la triada fichteana, y que comúnmente se ha atribuido a Hegel de
tesis, antítesis y síntesis. Marx está de acuerdo con
Hegel en la concepción dialéctica de la realidad que se manifiesta
en el diálogo constante entre contrarios como el verdadero motor del
cambio histórico.
Por último, Marx critica la concepción del Estado hegeliana en
los siguientes términos:
a) Ningún Estado es una esencia necesaria o eterna, sino una manifestación
perecedera de la historia; más aún, la auténtica democracia
pide la extinción del Estado, es decir, el autogobierno popular.
b) El Estado no es la síntesis de nada, sino la división y
la antítesis entre dirigentes y dirigidos.
c) No existe universalidad en el Estado, sino particularidad; no es
la razón universal la que ilumina al gobernante, sino la contingencia
o la arbitrariedad, con frecuencia desastrosa para los destinos de los
pueblos.
d) La misma Constitución no está por encima de las particularidades,
sino que es una particularidad más al lado de otras, sólo que favorable
a los más fuertes (que no siempre son los más racionales)
e) Los principios que rigen la existencia de los Estados no son las exigencias
de la sagrada razón, tal como pretendía Hegel, sino las facticidades irracionales
del poder.
En resumen, la crítica de Marx a Hegel se centra en tres aspectos: el
conservadurismo de la frase Todo lo racional es real, todo lo real es racional;
en el carácter meramente teórico de su filosofía; y en
su concepción del Estado.
Marx critica el materialismo de Feuerbach. Si Hegel reduce
la realidad a idea, Feuerbach, pensador perteneciente a la izquierda hegeliana,
reducirá la realidad a materia, o lo que es lo mismo, a Naturaleza,
de la que el hombre forma parte. Marx critica este materialismo por considerarlo mecanicista,
es decir, por explicar la naturaleza en términos de causa-efecto, reduciéndola
a lo puramente objetivo, y por ende, al hombre, que pasa a ser objeto sensible inserto
en el curso natural, pero no sujeto. La única misión del
hombre es la contemplación de la naturaleza. Marx considera,
en cambio, que el ser humano se define mejor como sujeto que
a través de la praxis transforma la realidad, considerada también
por él también como materia, pero con connotaciones diferentes.
Otro de los aspectos que Marx critica es la alienación religiosa.
Dicha crítica se concreta en dos aspectos. El primero
es que Feuerbach, según Marx, no considera al hombre en
su aspecto individual concreto, sino al hombre en su máxima generalidad
no concreta: la humanidad.
El segundo consiste en la aseveración según la cual la
crítica
que Feuerbach hace de la alienación religiosa es sólo un primer
momento. Feuerbach no ha proseguido la labor, no ha profundizado
en el fenómeno de la alienación. Marx considera que
a la base de toda alienación son las condiciones económicas en
las que se desenvuelve una sociedad. A Feuerbach le ha faltado una comprensión
histórica, genética y dialéctica del
fenómeno
de la alienación ya que, cuando se descubren las condiciones
y los procesos de alienación, se llega necesariamente a la conclusión
de que
es necesaria una transformación de dichas condiciones
estructurales (económicas)
para superar la alienación. Feuerbach es un filósofo teórico,
mientras que Marx es teórico-práctico. Frente a la mera traducción
filosófica del mundo de Feuerbach, Marx se propone mundanizar la
filosofía.
El socialismo utópico surgió como una crítica
al incipiente desarrollo de la sociedad industrial, cuya consecuencia
inmediata fue la aparición de una clase social: el proletariado, sometida
a una jornada laboral de más de doce horas diarias, en la que los niños
no se salvaban de estas pésimas condiciones de vida. Saint-Simon,
Owen o Fourier propusieron soluciones de tipo utópico para resolver
los problemas sociales. Pero, según Marx, este tipo de soluciones
son sólo un parche, lo primero que hay que hacer es conocer
y considerar las condiciones de la estructura económica que determinan
la vida individual y social, para luego transformarla. Marx sostiene que el socialismo
científico se apoya en el conocimiento exhaustivo de la
estructura económica del capitalismo, estructura que
determina la superestructura ideológica. Tal conocimiento permite proyectar una
transformación comunista de la sociedad.
Adam
Smith, Robert Malthus y David Ricardo son considerados los pensadores
de la Economía Política Clásica. En
general tienen en común:
- la idea del mercado autoregulado por la ley de la oferta y la demanda.
- la defensa de la no intervención estatal en la economía.
- la reducción máxima de los gastos (improductivos) del Estado
A
pesar de que Marx utiliza muchas de las categorías básicas
del análisis económico clásico: distribución
de la renta; teorías del valor en términos de trabajo; lo material
como fuente de valor; distribución de la renta; clases sociales, acumulación
de capital; comportamiento de beneficios, etc. sin embargo, intenta
hacer un análisis basado en la evolución de la economía
real y no en estructuras económicas hipotéticas como
el trueque (Smith).
Marx
trata la crítica de la economía política en dos
momentos de su evolución intelectual: primero en los "Manuscritos" (1844),
una obra de juventud, y luego en su obra de madurez: El Capital (1867)
En
general, la crítica a la economía política clásica
en Los Manuscritos parte de su proyecto humanista de emancipación
y la lucha contra la alienación, desde esta perspectiva acusa
a la economía política clásica, liberal y burguesa de
ser un mero instrumento ideológigo para justificar la estructura
capitalista, la alienación que de ella resulta, de presentar
al capitalismo como si fuese algo natural y sin historia y, por lo
tanto, como la única alternativa para el desarrollo de la humanidad.
La economía clásica trata las relaciones entre los hombres como
relaciones entre cosas, ocultando por tanto la situación de
explotación de unas clases sobre otras. Parte del hecho de
la propiedad privada aunque no lo explica, ni tampoco el
fundamento de la división de trabajo y capital, etc. Así las
cosas, la economía política clásica no puede ser
considerada una ciencia, sino una especie de catecismo capitalista.
En
su segundo periodo, Marx va más allá de la crítica
humanista de los Manuscritos y afronta el análisis
económico desde una perspectiva más científica.
Su teoría del valor (de uso y de cambio); el concepto
de plusvalía; el fetichismo de la
mercancía; los análisis de la estructura económica en
términos de modos de producción, fuerzas de
producción y relaciones de producción;
la reducción a dos grandes clases sociales: propietarios
de los medios de producción y no propietarios, etc son algunas
de las categorías que pone en juego Marx para explicar su análisis
del capitalismo desde una crítica científica a la economía
política clásica.
3. MATERIALISMO
Se considera materialista toda doctrina que sostiene que la materia es la causa
última de la realidad. Sin embargo, debemos concretar: en la teoría
marxista suele distinguirse tal como lo hacía Engels entre materialismo dialéctico (Diamat)
y materialismo histórico (Hismat).
A) Materialismo dialéctico:
Es el materialismo de Engels, quien coincidiendo con las obras de Darwin
en las que se defendía la evolución de las especies, propuso
la hipótesis de que toda la naturaleza evoluciona desde lo mineral
hasta el hombre. Pero esta evolución se produce dialécticamente
(tesis, antítesis y síntesis) a través de una serie de
leyes dialécticas, a saber:
a) Ley de la acción recíproca de la materia
y de la conexión universal.
b) Ley del cambio universal y desarrollo incesante de la materia.
c) Ley del cambio cualitativo.
d) Ley de lucha de contrarios: ley de la negación o
de la superación dialéctica.
B) Materialismo histórico:
es una prolongación del dialéctico en el terreno de la historia
humana y, según Marx, es la ciencia marxista
de la historia. Pero a
diferencia del materialismo de Feuerbach que es objetivo, el de Marx es subjetivo,
es decir: el hombre no puede ser tratado como un objeto al que le suceden cosas,
sino como un sujeto protagonista de su vida y de la historia. Y la historia viene
determinada por las relaciones económicas de producción,
determinadas a su vez por los modos de producción. Aclaremos
términos:
Las relaciones de producción son las que se establecen entre
los propietarios de los
medios
de producción y los productores directos en un proceso de producción
determinado (trabajadores o proletarios).
Según Marx, la historia y su evolución son el resultado
de la lucha de clases, lo cual va dando lugar al cambio de los modos de producción,
estos últimos son la manera de producir los bienes materiales según
las diversas sociedades:
- Primitiva:
propiedad colectiva de los bienes.
- Esclavista: dominio
y sometimiento; el esclavo es el instrumento del amo.
- Feudal:
señor dueño de la tierra, el siervo la trabaja.
- Capitalista:
El capitalista es el dueño de los medios de producción y de la
fuerza de trabajo que desarrolla el trabajador.
- Socialista:
Propiedad colectiva de los medios de producción.
El materialismo
marxista tiene como base estas tres leyes:
a) La historia es explicable mediante leyes, no leyes trazadas de antemano
sino basadas en la observación de la historia misma.
b) La historia es la historia de la lucha de clases: Roma - patricios
y plebeyos; Edad Media - señores feudales y siervos; Ilustración
- nobles y burgueses.... Pero una vez que se ensalce el estadio comunista,
el proceso dialéctico llegará a su final y en este momento tendrá lugar
la configuración definitiva e insuperable de la sociedad (semejanza
con Platón).
c) Las fuerzas determinantes de la evolución (o la revolución)
histórica son las fuerzas económicas y materiales de la
vida humana, las cuales constituyen su infraestructura.
En definitiva, el materialismo histórico marxiano sostiene que las
relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con los demás
hombres son relaciones materiales (de ahí lo de materialismo); es
decir, los hombres obtienen de la naturaleza los bienes que necesitan para
subsistir. Luego, los hombres producen e intercambian dichos bienes
materiales para satisfacer sus necesidades materiales. A esto le llama
Marx la producción social de la vida.
Estas relaciones son las que dan origen, en última instancia a la ideología
o superestructura y a la estructura jurídico-política del
Estado: "No es la conciencia del hombre la que determina su
ser, sino que es el ser social-la sociedad- el que determina la conciencia
del hombre".
Según Marx, la historia, en su constante evolución
debida a la lucha de clases, se encamina hacia
una sociedad sin clases.
Relacionado con el materialismo hay que hacer mención al concepto
de dialéctica en Marx, precisamente uno de los préstamos
que tomó de Hegel por considerarla el lado más revolucionario
de la filosofía del prusiano, ya que la concepción de la historia
marxiana es dialéctica. Sin embargo, Marx presenta su dialéctica
como la inversión de la dialéctica hegeliana. Al
contrario que la de Hegel, es una dialéctica de la
realidad, de la materia, y no de la Idea. Por otra parte, si Hegel,
debido a la importancia que le concedía al sistema, daba preeminencia
a la categoría de totalidad, Marx apoya su dialéctica
en otra categoría fundamental: la de contradicción,
más revolucionaria, ya que por ella se niega la realidad existente y se
insta a su transformación radical.
Marx aplica la dialéctica al conocimiento de la historia,
veamos una pequeña muestra, aunque algo banal. Pondremos como ejemplo
las dos clases sociales que distingue Marx: Capitalistas o dueños de
los medios de producción; clase proletaria u obreros, y finalmente,
la superación de las clases sociales mediante la implantación
del sistema económico comunista o socialista en el que ya no existen
dichas diferencias:
Tesis: Capitalismo
Antítesis: Proletariado
Síntesis: Sociedad sin clases (comunista)
La dialéctica es para Marx, al igual que para su compañero
Engels, y para su antecesor Hegel, el motor de la realidad
y la historia. La diferencia
reside en el hecho de que para Hegel la historia era la historia de la Idea
o Espíritu (dialéctica idealista) y para Marx y Engels, la
historia es el desarrollo de la materia (dialéctica
materialista).
4. ECONOMÍA E IDEOLOGÍA EN MARX
Ideología es
un término creado por Destutt de Tracy designando una concepción
científica que intenta estudiar los conocimientos, el conjunto de ideas
que caracterizan a una época, a un grupo de personas, etc... En general
el término suele entenderse positiva o negativamente:
a) Positivamente: como sistema de representaciones (imágenes,
ideas, símbolos) dotados de una existencia y de un papel histórico
en el seno de una sociedad dada. En este sentido la ideología sería
algo inevitable en el ser humano, porque es el modo que tiene de proyectarse
y tomar conciencia de sí mismo.
b) Negativamente: sin embargo, el problema surge en cuanto que esa conciencia
puede ser adecuada a la realidad o bien, y es lo más corriente, falsea
la realidad misma y conduce al hombre a una autoconciencia falsa.
El marxismo sostiene que la ideología es un conjunto de ideas, un producto
social que se expresa en el lenguaje y tiene un sentido básicamente negativo: autoconcienca
falsa, o lo que es lo mismo: creer que los pensamientos, ideas y creencias
de los seres humanos surgen de la mente debido a la actividad intelectual libre
y autónoma. Según Marx sucede todo lo contrario, las
ideas y creencias de todo tipo (ideología) son el resultado de las relaciones
de producción, o lo que es lo mismo, de la economía:
"...Las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los seres humanos son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra forma de ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponde pierden así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los seres humanos, desarrollando su propia producción material y sus intercambios materiales, cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento.No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia" [Marx: La ideología alemana.]
En definitiva, es la realidad material la que determina al pensamiento y
no viceversa. En consecuencia toda ideología más que reflejar
la realidad, tiende a desfigurarla, y por lo tanto se trata de una falsa conciencia.
De este modo, puesto que la ideología o superestructura es
dependiente de la economía o infraestructura, quien controle
la economía, controlará
la ideología. Pero como en la sociedad capitalista es
la burguesía la que ejerce el control económico, también
ejerce el control ideológico, que es el perfecto instrumento
para ocultar la realidad de cara a su manipulación y la perpetuación
del poder de las clases dominantes. El estudio de la ideología, que
tal como hemos dicho es el fruto de ciertas relaciones de poder,
es imprescindible para su eliminación práctica.
Ya hemos mencionado la distinción marxiana entre infraestructura y superestructura.
La infraestructura es el conjunto de elementos materiales que
resultan fundamentales en el funcionamiento y en la evolución de una
sociedad, y no es otra cosa que la economía. La superestructura,
en cambio, consiste en el conjunto de ideas y creencias de tipo social,
político, religioso, jurídico, filosófico, etc.,
mediante las cuales se intenta organizar el conjunto de las relaciones
humanas, defender el orden de las organizaciones sociales y la estructura
económica establecida:
"El conjunto de las relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, o sea, la base sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden formas determinadas de la conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona, en general, el proceso social, político y espiritual de la vida" [ Marx: Crítica de la economía política.]
4.1. ALIENACIÓN E IDEOLOGÍA
Debido a las circunstancias indicadas, Marx señala que en la sociedad capitalista tanto
la infraestructura como la superestructura se encuentran alienadas. Alienación significa desposesión,
pérdida de algo que nos pertenece, y por extensión falsa conciencia
respecto a la realidad en que nos encontramos.
El hombre no es un objeto, sino un sujeto transformador de la realidad a través
del trabajo, gracias al cual se desarrolla, proyectándose sobre
los productos que crea, en los que pone algo de su propio ser. Gracias a la
intervención del hombre la materia queda humanizada.
En las sociedades industriales la relación que el trabajador establece
con el producto de su trabajo no es nada creativa. El trabajo en cadena impide
la identificación del trabajador con el producto creado en parte por él.
El mismo trabajador, al convertirse en un asalariado vendiendo su propio
tiempo, queda reducido a objeto a mercancía o valor de cambio,
a puro medio en manos del capitalista, sufriendo así alienación.
La alienación principal, la que padece el obrero se manifiesta de las
siguientes maneras:
- El hombre se separa de su proyección (el producto de su trabajo ya no le pertenece)
- Se convierte en instrumento de otro hombre, y pasa a ser considerado simplemente un obrero.
- Las relaciones humanas que se establecen entre obreros y patronos se convierten en relaciones conflictivas, formándose dos clases antagónicas: proletarios y burgueses.
Todas estas circunstancias que conforman las relaciones productivas hacen del hombre
un objeto y no un sujeto. Básicamente en esto consiste la alienación:
en la separación del hombre de sí mismo. Ya no es considerado
sujeto creador que transforma la materia, sino objeto o instrumento para otro
hombre.
La alienación es una situación histórica promovida
por cierta organización socioeconómica que debe ser conocida
y asumida para así poder ser transformada.
4.2. FORMAS DE ALIENACIÓN
Resumiendo, cabe distinguir las siguientes clases de alienación: infraestructural
o económica y superestructural o ideológica, a su vez, en ésta
podemos distinguir entre alienación social, política, religiosa
y metafísica.
A) La alienación económica consiste en la explotación
del obrero en cuanto que el obrero es:
a) Desposeído de lo objetos que produce.b) No es dueño de su actividad.c) Su mundo se transforma en un mundo deshumanizado y objetivado.
El objetivo de Marx a este respecto consiste en la abolición de la
propiedad privada de los medios de producción.
B) La alienación social consiste en la división de la
sociedad en clases. En la sociedad capitalista los seres humanos quedan clasificados
de acuerdo con los bienes materiales que poseen. El objetivo marxista consistirá pues
en la eliminación de todas las clases.
C) La alienación política es el resultado de la división
del trabajo: unos mandan y otros obedecen. El Estado, en lugar de servir a
la sociedad tiende a esclavizarla en provecho de los intereses de los gobernantes.
Su misión consiste en administrar la explotación del proletariado,
de ahí que Marx señale que el obreo no tiene patria y que predique
el internacionalismo proletario: "proletarios de todos los países,
uníos". Desde este punto de vista la aspiración última
de Marx es la abolición del Estado, de todos, y convertir el
mundo entero en patria de la humanidad.
D) La alienación religiosa consiste en la evasión de la
realidad hacia un mundo trascendente e ilusorio, que sirve de consuelo y esperanza
para una situación mundana desgarradora e injusta. En este aspecto Marx
rechaza todas las religiones y niega toda trascendencia, según él,
Dios no existe y la religión es el opio del pueblo, pues tiende
a adormecer la praxis revolucionaria y la liberación de los seres humanos.
La religión, como el resto de la ideología, está al servicio
de la clase dominante.
E) La alienación metafísica consiste en servir de justificación
racional al orden establecido, limitándose a ensartar prejuicios rentables
para la clase dominante.
5.LA LUCHA DE CLASES. DICTADURA DEL PROLETARIADO
La economía es la base y el fundamento de las relaciones sociales.
Ahora bien, en la estructura económica se pueden diferenciar dos elementos,
a saber, fuerzas productivas y relaciones de producción.
Las primeras son todos aquellos medios, instrumentos y la propia actividad
humana mediante los cuales los individuos humanos intervienen en la producción.
Las segundas son las relaciones que se establecen entre los propietarios de
los medios de producción y los productores directos. Las relaciones
de producción dan lugar a diferentes modos de producción:
primitivo, esclavista, feudal, capitalista... En cada modo productivo se dan
un tipo diferente de relaciones; en el capitalismo, el capitalista se
adueña de las fuerzas productivas: instalaciones, maquinarias y otros
medios, al mismo tiempo que, mediante el salario, se adueña también
de la fuerza de trabajo del obrero.
Marx, igualmente, distingue entre valor de uso y valor de cambio.
El valor de uso es lo que la cosa vale en sí misma o en relación
a la necesidad humana que satisface (Por ejemplo, el valor del uso del agua
consiste en su utilidad para saciar la sed, apagar un fuego, lavarse...) El valor
de cambio, también llamado mercancía, es el que impone
la ley de la oferta y la demanda, se traducen en precios. Marx denuncia que
a lo largo de la historia se ha tendido a anular los valores de uso y a ser
sustituidos por los valores de cambio, es decir, se ha tendido a valorar a
los objetos, animales y hasta los seres humanos y sus actividades por su precio
en el mercado. El mismo obrero ya no es considerado como un ser humano, sino
como una mercancía. Del trabajo del obrero obtienen los capitalistas plusvalía,
que es el beneficio que se obtiene del trabajo de cada trabajador una vez que
se ha restado lo que cuesta el trabajador (salario) del valor de lo
producido por él, que siempre es muy superior al salario. En otras palabras,
un trabajador produce más de lo que cuesta su salario, de ahí se
obtiene el rendimiento (ej.:
un jornalero es capaz de recoger al día 125 Kg. de castañas
y gana 36 €, si el precio del kg. de castañas es de 1€. 125
kg. valdrán 125 €, con lo que la plusvalía generada por
el trabajador es de 79 €. Si para producir 125 kg. el patrón tiene
que invertir en mantenimiento al cabo del año unas 25 €, por ejemplo,
entonces, de cada trabajador por día viene a sacar unos 54 € .
A mayor número de trabajadores, mayor plusvalía)
Pero Marx cree que esta situación no es justa y que sólo mediante
la actividad revolucionaria la economía burguesa será sustituida
por la economía socialista y ésta, a su vez, desembocará en
una economía comunista. El motor de dicha revolución
es la lucha de clases.
Según lo dicho, las clases dominantes lo son precisamente porque someten
y explotan a las clases inferiores, pero éstas, según
van tomando conciencia de su situación, se organizan y luchan
para salir de su estado. El paso de unas estructuras económicas a otras
se produce por la lucha contra la opresión. A este respecto señala
Marx que con el triunfo del liberalismo capitalista, dicha rivalidad se establece
entre los grandes capitalistas, dueños de los medios de producción
y los proletarios sometidos.
Pero la economía capitalista, por su propio desarrollo, supone la guerra
de todos contra todos. Porque no solamente los proletarios poseen intereses
contrapuestos a los capitalistas, sino que los capitalistas son rivales
entre sí, y algo parecido sucede con el proletario, ya que ante
la escasez de trabajo y la abundancia de fuerza obrera se tiende a disminuir
el precio del salario, y por otra parte, en cualquier momento un obrero puede
ser sustituido por otro. Esta rivalidad de todos contra todos es consustancial
al sistema: el capitalista necesita explotar más al obrero para obtener
mercancías más baratas con el fin de contrarrestar la competencia
de otros capitalistas, de tal modo que los que no consigan obtener plusvalía
suficiente para mantener y ampliar su negocio en libre competencia con otros,
se arruinará y pasará a ser proletario. Así, el número
de proletarios será cada vez mayor y bajarán los salarios. Los
medios de producción se irán concentrando cada vez más
en unos cuantos capitalistas. Según Marx, debería llegar un momento
en que, debido a la abundancia de masa obrera y la escasez de trabajo, éste
fuera tan barato que los salarios ni siquiera cubrieran las necesidades alimenticias
mínimas de los proletarios.
Sin embargo, Marx cree que, antes de que la situación anterior se radicalice,
el proletariado irá tomando conciencia de su auténtica situación,
y se unirán para acabar con la opresión y provocar así la crisis
del capitalismo: los desposeídos desposeerán a los poseedores,
consiguiendo así la erradicación del capitalismo, que será sustituido
por el socialismo, el cual consiste básicamente en la abolición
de la propiedad privada de los medios de producción, que pasarán
a pertenecer a los trabajadores. Esta situación de dominio obrero se
asegurará mediante la Dictadura del proletariado:
"Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista se intercala el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda, período al que corresponde también un período político de transición cuyo estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado"[ Marx: Crítica del Programa de Gotha.]
La lucha revolucionaria habría de ser universal. El marxismo pretendía
un humanismo común, una patria común unida por el trabajo humano
no sometido a explotación.
5. UTOPÍA MARXISTA
Una vez realizada la revolución y consumado el triunfo de los trabajadores,
desaparecerá la división de clases y todos los seres humanos
serán una fraternidad internacional, gracias a la cual, se eliminará la
injusticia.
La sociedad socialista no es el punto final. Sí es cierto que
en ella se abolirá la propiedad privada de los medios de producción,
desaparecerá la explotación, y el valor de cambio será sustituido
por el de uso. Pero sólo es un paso intermedio en virtud del cual se
irá preparando a la sociedad en los nuevos valores. El estadío
definitivo será la sociedad comunista; en ella los seres humanos
trabajarán libremente, habrá superabundancia, desaparecerá
el valor de cambio y se instaurará el de uso, y estará regido
por el principio: a cada cual según sus necesidades, que siempre
podrán ser satisfechas con facilidad:
"En la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella la oposición entre trabajo intelectual y trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo del individuo en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en su bandera `¡Dé cada cual según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!'" [Marx: Crítica del Programa de Gotha.]
FRIEDRICH NIETZSCHE 1844-1900
1.
CARACTERIZACIÓN DE LA FILOSOFÍA NIETZSCHEANA
Nietzsche (1844-1900) fue un filósofo alemán y además
uno de los más grandes escritores de la lengua germánica. De
salud delicada, era por eso un gran amante de la vida. Perseguido por la mala
suerte y la locura, se mostró increíblemente lúcido en
su crítica a toda la cultura occidental. Tales contradicciones no pudieron
dar lugar más que a un genio y a una figura fundamental en el panorama
filosófico de todos los tiempos. Pese a los intentos de su hermana y
su cuñado por desfigurar su legado filosófico, tratando de utilizar
de modo sesgado algunas de sus principales aportaciones, tales como su concepto
del superhombre, de cara a justificar filosóficamente la ideología
horrenda del nazismo, hemos recuperado su figura espléndida.
Suelen distinguirse dentro de su itinerario filosófico cuatro
períodos,
a saber:
-
Juventud: Filosofía de la noche: marcado por su admiración hacia Schopenhauer, detractor incombustible de Hegel, y su amistad con Wagner. A esta etapa corresponde la obra: Nacimiento de la tragedia (1871), en donde hace una interpretación de la cultura occidental de herencia griega bajo las categorías antagónicas de lo apolíneo y lo dionísiaco.
- Positivista o ilustrado: Filosofía de la mañana: en donde renuncia a los ideales de la cultura occidental (griega- apolínea) optando por una interpretación positivista y por ideal de las ciencias. Obras de esta etapa son: Humano, demasiado humano, Gaya ciencia...
- Zaratustra: Filosofía del mediodía: en el que se define claramente su vitalismo y su nihilismo, y aparecen los temas de la muerte de Dios, Eterno retorno y el Superhombre (estas dos ideas son el lado constructivo de su filosofía). La obra: Así habló Zaratustra.
- Crítico: Filosofía del atardecer: se ahonda la crítica a la cultura occidental en todos sus aspectos. Algunas obras: Genealogía de la moral; Más allá del bien y del mal; Crepúsculo de los ídolos; Anticristo; Ecce Homo...
-
Su obra El crepúsculo de los ídolos (1888)
una de cuyas partes comentaremos, pertenece al cuarto de sus períodos:
el crítico.
Es difícil enmarcar una obra tan caleidoscópica como la de Nietzsche,
tanto por su complejidad, como por la ausencia voluntaria de sistematismo.
El género aforístico, en el que tanto se complacía, es
una prueba irrefutable de esta voluntad.
A pesar de que la filosofía nietzscheana tiene un marcado carácter
crítico o deconstructivo, no deberemos olvidar otro aspecto: el constructivo,
toda una lección vital.
El lado crítico engloba todos los aspectos de la cultura
occidental vertida en la historia de la filosofía, desde el socratismo a Hegel.
La racionalidad de la razón, las pretendidas verdades de la metafísica,
el valor comunicativo del lenguaje como vehículo de la verdad, versus realidad,
la moral y la religión cristianas... Nada escapa a la compulsión
nietzscheana por desvelar la tramoya oculta tras el gran decorado de nuestra
cultura nihilista (reactiva, ya veremos qué significa).
El lado constructivo se levanta sobre las cenizas
de la crítica. Desde
la confesión de nihilismo activo se levanta, no un edificio (ya
hemos dicho que Nietzsche no es sistemático, eso es lo propio
de racionalistas e idealistas), sino un bosque pletórico de vida, en
continua ebullición. De ahí que su filosofía sea considerada vitalista.
Antes de adentrarnos en las dos notas características de su pensamiento
debemos resumir el método de trabajo de Nietzsche, decisivo a la hora
de entender el lado deconstructivo de su filosofía: su método
es genealógico y descansa sobre el presupuesto de que
toda realidad y toda consideración sobre la misma es histórica y por tanto susceptible de ser descubierto su proceso
de formación y
su origen. En efecto, para estudiar cualquier fenómeno histórico
hemos de tratar de remontarnos a sus orígenes, ver cúales han
sido las causas de su surgimiento y cómo se ha desarrollado hasta llegar
al momento presente. Este rastreo sólo puede efectuarse a través
del lenguaje, de las palabras, que es donde se han cristalizado o manifestado
los diversos productos culturales: arte, religión, moral, filosofía,
ciencia, etc...
Otro de los temas al que tenemos que hacer alusión es a la dialéctica dionisíaco
/ apolíneo, dos categorías que recorren la obra nietzscheana.
En principio ambos términos aparecen en El Nacimiento
de la Tragedia (1871),
en la que explica cómo la tragedia griega se originó a partir
de las dos categorías antes mencionadas.
Dionisos era el dios del vino en honor del cual se celebraban en la Ática
sonadísimas orgías que permitían unirse al dios a través
de un estado extático: furor báquico. Dionisos representa
así lo más visceral, sensual y pasional
de la vida. Apolo, por
el contrario, es el dios de la medida, del equilibrio y la razón. Pasemos
a compararlos en un cuadro:
DIONISOS
|
APOLO
|
Noche, oscuridad
|
Día, luminosidad
|
Voluntad irracional
|
Razón
|
Cosa en sí
|
Apariencia, fenómeno
|
Uno primordial
|
Pº individuación
|
Embriaguez
|
Ensueño
|
Dolor cósmico
|
Alegría solar
|
VITALISMO Y NIHILISMO
|
IDEALISMO, RACIONALISMO
|
Dentro de este esquema, la filosofía de Nietzsche caería dentro
del aspecto dionisíaco, de hecho, el lado crítico de su filosofía
se centra en la crítica a todos los elementos apolíneos
presentes en la cultura occidental por ser considerados antivitales. En cambio, su
aspecto constructivo es un canto a lo dionisíaco, a los valores más
profundamente vitales y asilvestrados de la existencia.
Su filosofía suele ser considerada a un tiempo como vitalista y nihilista,
veamos sus líneas básicas:
Supone la afirmación de la vida por encima de cualquier otro valor o
hecho, en contra de todos aquellos filósofos idealistas que, como Platón,
postularon la existencia de dos mundos separados: mundo sensible y mundo
inteligible, siendo el verdadero éste último, y,
por tanto, negando todo valor al mundo sensible, responsable, según
el ateniense, de toda nuestra ignorancia y errores, por estar sujeto al devenir.
Platón llegó a decir que filosofar era aprender a morir.
Contra esta metafísica que desprecia la vida por la inseguridad que
le otorga el devenir reacciona Nietzsche. La vida es para nuestro pensador
una fuerza creativa biológica, que se proyecta en el plano del
espíritu, y cuya principal característica es la lucha constante
entre fuerzas de signo opuesto. La vida es voluntad de poder. En ésta
sólo prevalece aquello que ayuda a la conservación y acrecentamiento
de ese poder, el cual no debe entenderse como voluntad de dominio, sino
como amor a la propia vida que hace posible una existencia
afirmativa y creadora donde el individuo realice todas sus potencialidades, a la manera
con que lo hace un artista (Individuo como creación y recreación de
sí mismo).
Es una vida que se explica y tiene sentido por sí misma, sin necesidad
de recurrir a ninguna instancia sobrenatural, llámese ésta Dios, Mundo
inteligible, etc... No es necesario pensar en un ser omnipotente que la
haya creado, tal como estiman los pensadores de tipo metafísico.
Hasta ahora, dice Nietzsche, la humanidad ha valorado
todo lo que se opone a la vida, y, la moral vigente,en tanto en cuanto rechaza lo vital, el
devenir, el aspecto trágico que supone el asumir que todo lo existente,
dominado por el devenir, tiene como fin la muerte, es una moral
decadente (decadente en el sentido siguiente: en vez de disfrutar
de esta vida, a pesar de su carga negativa, uno se consuela con la idea
de que tras la muerte existe otra vida que nos recompensará de
la terrena, lo cual supone una negación de los valores vitales).
Tal consideración lleva a Nietzsche a plantear la necesidad
de invertir los valores. En vez de afirmar la existencia de Dios,
hemos de afirmar la existencia del hombre, su
derecho a la plenitud vital. En vez de afirmar la superioridad de la razón
expresada en conceptos vacíos, hay que afirmar
el valor de los sentidos que nos ponen en relación directa con el mundo vivo de
las cosas, muy diferente al que nos dibujan esquemáticamente los
conceptos de filósofos idealistas, como Parménides, Sócrates,
Platón, Descartes, Kant o Hegel.
1.3.
NIHILISMO
Hemos dicho que Nietzsche es un pensador nihilista,
pero al mismo tiempo es antinihilista. Veamos en qué sentido: nihilismo significa
en general una negación o rechazo hacia realidades y valores
que se consideran importantes. Nietzsche califica como nihilista a
toda la historia de la filosofía y la metafísica occidental porque desde Parménides y Platón los filósofos han
rechazado el valor del mundo sensible, el de la verdadera vida y, consecuentemente el valor de los sentidos como fuente de conocimiento verdadero.
Han definido al ser verdadero como eterno e inmutable (tal como
Parménides definió al ser; o como el mundo inteligible
platónico, fundamento ontológico y gnoseológico
del mundo sensible; por no olvidar a Descartes y su idea de Dios como
la única sustancia subsistente per se garante del conocimiento
y la existencia misma... por poner algunos ejemplos). Este rechazo supone
la desvalorización de la vida misma y de su carácter
dinámico. Un gran error, según Nietzsche, oculto
tras un lenguaje metafísico dominante a lo largo de toda la historia
occidental.
Frente a este nihilismo pasivo y metafísico en el que
incurren los pensadores anteriormente citados, que subvierte los valores, que
sustituye la vida por un mundo inteligible (mundo de los muertos, según
Nietzsche), que desprecia los sentidos e idolatra la razón, nuestro
autor propone un nihilismo postmetafísico activo, que vuelva
a poner las cosas en su sitio: el valor de la vida,
de los sentidos, etc...
y que sea capaz de superar el pensamiento metafísico contrario a los
valores vitales. Nietzsche expresa por primera vez este nihilismo en la Gaya
Ciencia (1882) con la frase Dios ha muerto, o lo que representa
Dios: mundo trascendente o inteligible, es el nombre que resume el principal
problema al que se ha dedicado la filosofía occidental en su labor metafísica.
Ha muerto el dios de los metafísicos, el dios monoteísta, omnipotente,
creación del hombre provocada por el miedo que le produce una
realidad sometida al devenir y a la continua dialéctica entre
fuerzas de distinto signo. Con la creación de un ser supremo como Dios,
el hombre ha creído conjurar todos sus males, ha despreciado la vida
porque no la entiende y se ha refugiado en la esperanza del más allá,
de la vida eterna como promesa y contrapunto a esta vida terrena efímera
y llena de conflictos. Frente al monoteismo y su significado, Nietzsche propone
el politeismo de interpretaciones sobre la realidad (no es un politeismo
religioso, sino gnoseológico y ontológico que da cuenta de la
pluralidad y riqueza de la vida, así como de sus posibles interpretaciones):
"El espíritu humano no puede hacer otra cosa que verse a sí mismo en sus propias perspectivas. Nos es imposible salirnos de nuestro ángulo visual...El mundo se ha vuelto por segunda vez infinito para nosotros ya que no podemos refutar la posibilidad de que sea susceptible de interpretaciones infinitas" [Nietzsche: Gaya ciencia]
Así pues, Nietzsche se muestra tremendamente crítico frente al nihilismo
pasivo, y en este sentido podemos decir que es antinihilista. Sin
embargo, frente al nihilismo pasivo, propone un nihilismo activo, por
lo tanto, en este sentido es nihilista.
La crítica de Nietzsche a la razón metafísica se centra
en dos aspectos que aparecerán encabalgados en la exposición:
el ontológico y el gnoseológico. En cuanto al primero,
desvela que la invención del dualismo metafísico no es más
que una ilusión, una fábula. En cuanto al segundo, que el pretendido
conocimiento de la razón metafísica descansa
sobre un error y
sobre un olvido: es erróneo tomar por verdadera la parte estática
de la realidad, y por consiguiente negar la dinámica. El olvido consiste
en el proceso de ocultación histórico e inconsciente en el que
en un principio se convino qué era verdadero
y qué falso.
Profundizaremos en esto a lo largo de la exposición.
Hemos dicho que Dios (y todo lo que él representa: mundo inteligible
y trascendente más allá de la vida) es una invención,
un autoengaño, un instrumento que le sirvió al hombre
de consuelo, y que en lugar de liberarlo del miedo, le
ha implantado una esclavitud,
si cabe, más alienante: el horror a vivir su propia vida, lo cual significa
en última instancia renunciar a la propia humanidad. El hombre es un
pelele de la eternidad.
El punto de partida de Nietzsche es antimetafísico radical, como él
mismo reconoce en el Crepúsculo... Opta por una actitud escéptica respecto
a las posibilidades de conocimiento de la realidad por parte de la inteligencia.
El fracaso de la razón para conocer la realidad tal cual es,
en continuo devenir, la ha obligado a crear y creerse un mundo susceptible
de ser conocido, para ello, dicho mundo, tiene que poseer unas características estables,
ya que la razón sólo puede conocer lo que siempre permanece
idéntico a sí mismo, inmóvil. La razón idealiza un
mundo, lo crea y lo toma por verdadero, cuando, en última instancia
es una fábula inventada por los filósofos. Nietzsche critica
a la razón tal como se ha venido desarrollando desde los eléatas
a nuestros días, por su monolitismo o egipticismo ( es una metáfora
referida a la razón, viniendo a significar que la razón
momifica, deja sin vida todo lo que afirma conocer porque lo reduce
a categorías
que sólo dan cuenta de lo inmóvil, dejando fuera de ellas la
vida, que no es otra cosa, tal como afirmaba Heráclito, que movimiento
constante devenir):
"Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?... Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo. Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni (desde la perspectiva de lo eterno), - cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió nada vivo, nada real." [Nietzsche: Crepúsculo de los ídolos]
Las filosofías de Parménides, Platón, cristianismo, Kant...
son considerados por Nietzsche como metafísicas. A Platón
lo acusa por su dualismo metafísico, al igual que sucede con el cristianismo;
a Kant por su separación entre fenómeno y noúmeno, a parte
de su hipertrofia racional, su obsesión por reducir las cosas a esquemas
categoriales estáticos.
Nietzsche rechaza esta división de la realidad como verdadera
o engañosa (según el mundo en que nos situemos) por opinar que no
son los sentidos (despreciados por la filosofía en cuanto fuente
de error) los que provocan las apariencias engañosas que les atribuimos,
sino la razón cuando los interpreta, al considerar
más
verdadero lo estático y permanente que lo dinámico:
"La "razón" es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten... Pero Heráclito tendrá permanentemente razón al decir que el ser es una ficción vacía. El mundo "aparente" es el único: el "mundo verdadero" no es más que un añadido mentiroso...... Hoy nosotros tenemos ciencia en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos... El resto es un aborto y todavía-no-ciencia: quiero decir, metafísica psicología, teoría del conocimiento. [Nietzsche: Crepúsculo de los ídolos]
Cristianismo y platonismo han introducido en la historia de la humanidad la
gran mentira: han sustituido la vida real, dinámica y sensible,
por la vida eterna. Han inventado el mundo-verdad, han creado a Dios
como garantía ontológica y gnoseológica de ese mundo varado
en lo eterno. Y para excluir el mundo sensible han introducido el concepto
de trascendencia:
"Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto de "Dios"...Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens realissimum (ente realísimo)... ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! [Nietzsche: Crepúsculo...]
La historia de la filosofía comenzó como una historia de odio
al devenir (devenir que para el hombre significa la muerte). Han intentado
borrarlo del
ámbito de lo real y momificarlo en conceptos abstractos y absolutos,
que no son sino fantasmas o realidades engañosas que no significan
nada más allá del lenguaje que los representa. La racionalidad
y la lógica son instrumentos falseadores de la realidad.
El último y primero de los conceptos supremos
es Dios: ens
realissimum, causa sui, y se afirma como instancia suprema que pone
límite al conocimiento propio de la metafísica. Pero tal concepto
es una simple generalización de todos los conceptos, es
el último
en elaborarse, y sin embargo es afirmado como el primero, como fundamento y
origen de toda realidad y de todo conocimiento.
Nietzsche propondrá frente a la sistematización conceptual realizada
por la filosofía la revalorización del carácter enigmático
de la realidad afirmando: el mundo aparente es el único;
el mundo verdadero no es más que un añadido mentiroso.
"Primera tesis: Las razones por las que "este" mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad - otra especie de realidad es absolutamente indemostrable.Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al "ser verdadero" de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, - a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el "mundo verdadero"; un mundo aparente en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de "otro" mundo distinto a éste no tiene sentido, presuponiendo que no predomine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de "otra" vida distinta de ésta, "mejor" que ésta.[Nietzsche: Crepúsculo de los ídolos.]
Vemos así como razón y metafísica se quedan con la parte
de la realidad que en terminología kantiana podríamos denominar categorizada,
pero la otra parte, la mayor parte, la que no cabe en esquemas conceptuales
es dejada al margen de toda posibilidad de conocimiento, por tanto, se la margina,
pasa a ser considerada ilusoria, aparente o sensible. Nietzsche invierte todos
los términos, todos los valores, descubriendo que lo
que comúnmente
hemos tomado como verdadero no es más que una fábula,
un invento de la razón metafísica.
Hasta ahora ha criticado Nietzsche la relación que se ha venido estableciendo
en la historia de la filosofía entre razón-realidad, ahora
analizaremos brevemente la relación entre realidad y lenguaje.
Nietzsche no ataca la ciencia en sí, sino la metodología
propia del mecanicismo y el positivismo de su época, y la obsesión por
reducir los fenómenos a lo puramente cuantificable (proceso de matematización
de la ciencia). Respecto a esto último dirá que la
pura determinación
cuantitativa de las cosas tiende a anular las diferencias que realmente existen
entre ellas, diferencias que son cualitativas, de tal modo que el aspecto
cuantificacional resulta tan falsificador como el intento metafísico
de reducir al realidad a su componente meramente estático. En este sentido
dirá Nietzsche que la ciencia no está lejos del ideal ascético (consistente,
en este caso, en despojar la realidad de su riqueza y quedarse con el esqueleto
o el esquema conceptual) en tanto en cuanto renuncia en aras de su veneración
por la verdad objetiva a la interpretación de los fenómenos.
La ciencia se pretende a sí misma como saber absoluto y único
a tener en cuenta, en ese aspecto es considerada nihilista por Nietzsche.
Otro de los aspectos que Nietzsche denuncia en la ciencia es el de haberse
convertido en sierva de los intereses del Estado.
Los errores de la razón tienen su origen en el lenguaje.
Nos hipnotiza con sus palabras e interpreta equivocadamente como si fueran
entidades reales los conceptos gramaticales (yo, cosa, ser) El lenguaje
proporciona las leyes de la verdad que valora únicamente lo comunicable
y de este modo su desarrollo corre parejo al de la ciencia. Lo
que en su origen sirvió para comunicar una experiencia singular y única derivará en
un concepto vacío cuando en el afán de encerrar la realidad se
sacrifiquen las particularidades, la individualidad que le caracterizaron en
un primer momento. Acusa a la gramática de fetichismo grosero,
queriendo significar que se le asigna un valor mágico a la palabra,
a la que por el simple hecho de existir se la considera
como representación
de algo a lo que hace referencia, como, por ejemplo, ocurre con la palabra Dios:
que exista la palabra no significa que exista una realidad correspondiente,
dice Nietzsche.
En el Crepúsculo de los ídolos, Nietzsche hace un estudio genealógico (intenta
encontrar el origen y función del lenguaje, cómo se fue desarrollando
y qué mecanismos de poder están detrás de él),
llegando a la conclusión de que aquel es un aliado
de las razón
y cumple la misma función: manipuladora y transfiguradora de la realidad
en ideas vacías, tales como la de la existencia del ser,
del alma, de Dios, de la verdad...
Si el lenguaje intenta expresar la verdad y Nietzsche considera que
la verdad de los metafísicos responde a un mecanismo
de ocultación
u olvido de la verdadera realidad, que para él sólo
es el devenir y el flujo constante, entonces, es lógico que modifique
el concepto de verdad: no existen verdades en sí (nouménicas),
sino que toda verdad es fenoménica y se origina
en los sentidos y no puede ir más allá de ellos. Más aún, la verdad
es un invento, una convención necesaria que surgió de
la necesidad de conservación de la especie, pero con el paso del tiempo
hemos olvidado su origen meramente convencional y pragmático:
"En un apartado rincón del universo donde brillan innumerables sistemas solares, hubo un astro en el que unos animales inteligentes descubrieron el conocimiento[...] Hubo eternidades en las que no existió, y cuando desaparezca, no habrá ocurrido nada, puesto que ese intelecto no tiene ninguna misión que vaya más allá de la vida humana.[...] Con vistas a la conservación del individuo, el intelecto ejerce su fuerza principal en el acto de fingir, pues éste es el medio que tienen los individuos más débiles y menos fuertes para sobrevivir. [...] En el estado de naturaleza, el individuo utiliza el intelecto para conservarse frente a los demás individuos, aunque las más de las veces lo haga con la finalidad de engañar; pero no tanto por necesidad como por aburrimiento el individuo tiende a asociarse con otros individuos y a llevar una vida gregaria, necesita acordar un tratado de paz que haga desaparecer de su entorno el aspecto más brutal de la lucha de todos contra todos.[...] En ese momento se determina lo que a partir de entonces ha de considerarse como verdadero, es decir, se inventa una forma universalmente válida y obligada de designar las cosas, y el código lingüístico suministra asimismo las primeras leyes de la verdad [...] Mentiroso es quien utiliza esas designaciones válidas que son las palabras para hacer pasar por real lo que no lo es.[...] Si comparamos entre sí los diferentes idiomas, obtenemos la evidencia de que las palabras no alcanzan nunca la verdad ni la expresión adecuada, pues de lo contrario no existirían tantos idiomas. La cosa en sí resulta totalmente inaccesible, pues el lenguaje se limita a designar las relaciones que guardan las cosas con los hombres y a expresarlas mediante metáforas audaces.¿Qué es entonces la verdad? Un dinámico tropel de metáforas, metonimias y antropomorfismos; en suma, un conjunto de relaciones humanas que, realzadas, plasmadas y adornadas por la poesía y la retórica, y tras un largo uso, un pueblo considera sólidas, canónicas y obligatorias; las verdades son ilusiones cuyo carácter ficticio ha sido olvidado.[...] Por consiguiente, hablando en términos morales, sólo hemos prestado atención a la obligación de mentir, en virtud de un pacto, de mentir de forma gregaria...Quien busca tales verdades sólo trata de humanizar el mundo, de comprenderlo en términos humanos.[...] En este sentido, cabe admirar el poderoso genio constructor del hombre, que es capaz de levantar sobre cimientos tan inestables una catedral de conceptos extremadamente compleja." [Nietzsche: Verdad y mentira en sentido extramoral]
El valor de verdad viene determinado por su utilidad: pragmatismo.
Por otra parte, Nietzsche va en contra del dogmatismo metafísico y defiende
el perspectivismo: No hay hechos, sino interpretaciones, porque
la verdad, tal como la entendían los metafísicos es una ilusión.
En efecto, la metafísica clásica, con su voluntad de verdad,
más que con juicios verdaderos, desfiguró la realidad haciéndola
coincidir con lo inmóvil, lo muerto, y todo ello porque al fin de cuentas
le resultaba más fácil manejar un cadáver que algo vivo.
En la Genealogía de la moral (1887) aborda Nietzsche
su crítica a la moral vigente a partir de un análisis genealógico
de los valores morales.
Observó que en todas las lenguas antiguas bueno significó
primitivamente lo noble y lo artístico, contrapuesto a malo como
lo simple, vulgar, plebeyo. Dos denominaciones: bueno
y malo creadas por la nobleza en tanto que ostentadora
del poder. Con el paso
del tiempo dicha distinción meramente clasista se transformó en
una valoración moral. El origen histórico de dicha transposición,
según Nietzsche, vino determinado por la rebelión
de los que hasta entonces eran considerados malos (la inmensa mayoría) y
se llaman a sí mismos buenos dominando a los nobles que ahora
se llaman malvados. La moral surge como resultado de una rebelión
y del resentimiento de los esclavos. El resentimiento es el que
creó
los valores de Occidente y es el responsable de la aparición de una
civilización enemiga de la vida y de la aparición de un hombre incurablemente
mediocre.
"Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir la identificación aristocrática de los valores (bueno = noble = poderoso = bello = feliz = amado de Dios) y han mantenido con los dientes del odio más abismal (el odio de la impotencia) esa inversión, a saber: "¡los miserables son los buenos, los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos, los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes son también los únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe bienaventuranza,- en cambio vosotros, vosotros los nobles y violentos, vosotros sois, por toda la eternidad, los malvados, los crueles, los lascivos, los insaciables, los ateos, y vosotros seréis también eternamente los desventurados, los malditos y condenados" [Nietzsche: Genealogía de la moral]
En resumen, el resentimiento es el causante del nihilismo o desertización que
amenaza a Occidente. Sólo la inversión de los
valores morales,
cuando el hombre sea capaz de asumir la vida en su finitud y belleza, situándose más
allá del bien y del mal, podrá hacer posible la recuperación
de la primitiva inocencia y la aparición del superhombre anunciado
en Así habló Zaratustra.
Al hilo de lo anteriormente dicho, Nietzsche distingue una moral de señores:
capaces de vivir más allá del bien y del mal en el sentido
de que son creadores y señores de su propia moral, sin imposiciones
externas. Y una moral de esclavos, ascética, propia
de los mediocres y débiles, de las personas incapaces de cualquier autonomía,
de darse a sí mismas sus propias reglas, si es que acaso se necesitan
cuando se alcance un estadio superior de humanidad: Superhombre. La
moral de siervos es ascética porque, al estar fundada en el resentimiento,
va contra los valores vitales. Los valores cristianos de abnegación,
sacrificio, etc... son propios de una actitud débil frente a la vida,
profundamente pesimista y resignada. La vida así deja de ser una tarea
urgente frente a la búsqueda de una hipotética vida eterna, en
la que cesarán todos los males humanos.
Según Nietzsche la moral aristocrática, o de
señores,
se basa en valores vitales, terrenos, reconociendo que el hombre no es espíritu,
sino sólo cuerpo, la gran razón. La aceptación
plena de la vida es la propia de lo dionisíaco que dice ¡Sí!, aunque esta aceptación pueda ser en ocasiones trágica. Esta moralidad
convertirá a los hombres en superhombres capaces de vivir la vida
como si de una obra de arte se tratara y sin recurrir
a consuelos metafísicos.
El superhombre se sentirá lo suficientemente poderoso en sí mismo
como para caer en la tentación de imponer su poder a los demás.
Ya hemos dicho que el aspecto deconstructivo o crítico del pensamiento
nietzscheano sólo es una parte de su filosofía. Como respuesta
al nihilismo reactivo que caracteriza la cultura occidental, Nietzsche propone
una alternativa desde otro tipo de nihilismo, el activo, que va en consonancia
con su opción vitalista.
Precisemos el concepto nietzscheano de la voluntad de poder: puede
ser entendida desde el punto de vista ontológico, gnoseológico
o antropológico.
Desde el ontológico se referiría al carácter de
la realidad: todo lo que es tiende a desarrollar al máximo sus potencialidades,
y por lo tanto, el ser es devenir y viceversa en tanto que paso de la
potencia al acto (dicho en terminología aristotélica) y en tanto
que acto que tiende a modificarse. Dicha concepción se opone a la ontología
o metafísica platónica marcadamente estática.
Desde el punto de vista gnoseológico, la realidad al ser múltiple
y cambiante es conocida como apariencia. Al no ser única es conocida
de un modo perspectivista. La realidad es interpretación, depende
del punto de vista.
Desde el punto de vista antropológico y ético, la voluntad
de poder sería la capacidad que tiene cada hombre de hacer de su existencia
una obra de arte. Es la voluntad de decir ¡sí!
a la vida.
En el fondo de la voluntad de poder late una intención estética.
Se trata de la voluntad de poder como arte que se expresa en la necesidad
de crear. El artista tiene algo en común con la naturaleza: la creación
constante. Así pues, el ejemplo a seguir es el de la naturaleza
y el del artista, sólo mediante el cultivo de la voluntad de poder o poderío
es posible acabar con el nihilismo reactivo que
frena el impulso vital. El
nihilismo propio de la voluntad de poder es el nihilismo activo,
el que dice ¡Ya basta! a los ideales tanto metafísicos como de
la moral de siervos, y realiza una inversión de los valores (2º texto),
tomando en consideración los valores vitales que posibilitan la vida
y la ensanchan. La voluntad de poder es la voluntad de autoafirmación,
de decidir la propia existencia de un modo original e individual:
"¿Qué es bueno? Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo en el hombre.¿Qué es malo? Todo cuanto procede de la debilidad.¿Qué es felicidad? El sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda superada.[Nietzsche: El anticristo]"En todos los lugares donde encontré seres vivos, encontré voluntad de poder, e incluso en la voluntad del que sirve encontré voluntad de ser señor[...] Y este misterio me ha confiado la vida misma: "Mira, dijo, yo soy lo que tiene que superarse siempre a sí mismo.En verdad, vosotros llamáis a esto voluntad de engendrar o instinto de finalidad, de algo alto, más lejano, más vario: pero todo esto es una única cosa y un único misterio[...]"En verdad, yo os digo: ¡Un bien y un mal que fuesen imperecederos no existen! Por sí mismos deben una y otra vez superarse a sí mismos [...]Y quien tiene que ser un creador en el bien y en el mal: en verdad ése tiene que ser antes un aniquilador y quebrantador de valores.Por eso el mal sumo forma parte de la bondad suma: mas ésta es la bondad creadora [...]¡Hay muchas cosas que construir todavía! [Nietzsche: Así habló Zaratustra]
Pero no debemos confundir la voluntad de poder con la
voluntad de dominio.
Quien es realmente poderoso no necesita sojuzgar a otros para afirmarse
en su poder, esto es más bien propio de seres débiles.
Tampoco necesita ser recocido porque se basta a sí mismo y sabe
de su valor. Voluntad de poder NO ES voluntad de dominio.
Tanto la propuesta moral de inversión de los valores, como
la voluntad de poder se relacionan con la idea del Eterno Retorno.
Esta idea aparece por primera vez en la Gaya Ciencia con
un sentido moral y cosmológico. A nosotros nos interesa el sentido
moral y vendría
a formularse, en terminología kantiana y no en palabras de Nietzsche,
como una especie de imperativo categórico o idea regulativa: actúa
siempre en tu vida de tal manera que puedas querer siempre que cada cosa
que haces o te ocurre suceda eternamente. Tal propuesta obligaría al
hombre a intentar ser feliz y vivir una existencia
plena, a aceptar la vida de un modo alegre y vital, ya que de lo contrario, de llevar el hombre una
vida oprimida, impersonal, nada creativa, gris, etc, en absoluto podría
querer que su existencia se repitiera tal como es eternamente.
"El peso más agobiante.- ¿Y si, un día o una noche, se introdujese un demonio en tu máxima soledad y te hablase así: "Esta existencia, tal como la arrastras y la has arrastrado hasta este momento, tendrás que recomenzarla de nuevo y recomenzarla sin cesar... Todo lo que en ella hay de indescriptiblemente grande y pequeño, todo recomenzará y retornará en el mismo orden, siguiendo la misma despiadada sucesión...esta araña también volverá, este claro de luna entre los árboles y ese instante, y ¡yo también! El perpetuo reloj de arena de la vida dará sin descanso la vuelta, ¡y tú con él, tú, el polvo más insignificante de todos los polvos"...? ¿No te arrojarías al suelo, relinchando de odio y maldiciendo a ese demonio? A menos que hayas vivido un instante prodigioso con lo que responderías: "¡Eres un dios; en mi vida había oído nunca palabras tan divinas!"Si esa idea se afianzase en ti, quizá te transformaría o quizá te aniquilaría; sobre todas las cosas te preguntarías: "¿Quieres eso?; ¿lo vuelves a querer?; ¿una vez?, ¿siempre?, ¿hasta el infinito?", ¡y esa pregunta pesaría sobre ti con una gravidez decisiva y terrible! O bien, ¡ah!, ¿cuánto tendrías que amarte a ti mismo y amar la vida para no desear nada más que esa suprema y eterna afirmación? [Nietzsche: Gaya ciencia]
Tanto
el eterno retorno como la voluntad
de poder van encaminadas a conducir a la
humanidad del último hombre decadente y antivital
a una nueva humanidad, la del superhombre. Nada tiene que
ver con la interpretación racista que hicieron
los nazis
para justificar el nacionalsocialismo. El superhombre es
una propuesta de estilo de vida, una nueva moral basada en la inversión de
los valores. El superhombre es la respuesta
del nihilismo activo frente al pasivo. El primero, como ya hemos visto, se resume en la negación
de toda idea antivital mediante la frase: Dios ha muerto: "Dios
ha muerto, hagamos que viva el superhombre". Dios o cualquier
otra idea trascendente representan la antinomia de la vida, y la negación
del valor humano:
La afirmación de la vida tiene como condición de posibilidad la muerte de Dios y de todo lo que ese concepto representa. Se impone, pues, según Nietzsche, la inversión de los valores necrófilos y la afirmación de la vida."El concepto "Dios" inventado como concepto antitético de la vida- en ese concepto, concentrado, en horrorosa unidad, todo lo nocivo, envenenador, difamador, la entera hostilidad a muerte contra la vida" [Nietzsche: Ecce Homo]
La transformación supone principalmente la inversión
de los valores morales herederos del cristianismo en otro tipo de moral: la moral aristocrática de
la que ya hemos hablado y a la cual me remito.
Nietzsche habla del superhombre en oposición a lo que él llama último
hombre, cuya moral es servil. Cómo aparecerá el superhombre
(el que está por encima del último hombre) es algo que
no explica. Quizá hay que entender que lo traerá
la asunción del eterno retorno.
En cualquier
caso, Nietzsche presenta al superhombre como fruto
de tres transformaciones: "Cómo
el espíritu se convierte en camello, el camello en león,
y el león, por fin, en niño"
El camello
arrastra la carga de una moral impuesta, actuando bajo el imperativo ¡tú debes!. El león quiere
conquistar su libertad y decidir sobre sus propios valores, actuando bajo
el requerimiento: ¡Yo quiero!. Pero
aún no es suficiente, el espíritu debe transformarse
en niño:
"Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un salir de sí. Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo" [Nietzsche: Así habló Zaratustra]
El superhombre posee, por tanto, la inocencia del niño, ajeno a una
moral resentida, está más allá del bien y del mal, y,
asumiendo la enseñanza del Eterno Retorno, es creador de valores y
vive fiel
a la tierra:
"¡Yo os conjuro, hermanos míos, permaneced fieles a la tierra, y no creáis a quienes os hablan de esperanzas sobrenaturales! Son envenenadores, lo sepan a no...En otro tiempo, el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y con él han muerto también esos delincuentes: ¡Ahora lo más horrible es delinquir contra la tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable más que el sentido de aquella!En otro tiempo el alma miraba al cuerpo con desprecio: y ese desprecio era entonces lo más alto: el alma quería el cuerpo flaco, feo, famélico. Así pensaba escabullirse del cuerpo y de la tierra."[Nietzsche: Así habló Zaratustra]
A manera de conclusión, podemos decir que Nietzsche es un pensador antimetafísico,
que no se limita a una labor de crítica a la filosofía tradicional,
el lenguaje, la moral, sino que también plantea un proyecto acorde con
su propia filosofía. Superhombre, Muerte de Dios o nihilismo, transmutación
de los valores, voluntad de poder, eterno retorno son los pilares entorno a
los que se mueve la filosofía nietzscheana, caracterizada por su vitalismo
y su perspectivismo.
ESCUELA DE FRANKFURT
1. CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS Y SOCIOPOLÍTICAS. CONTEXTO
La Escuela de Frankfurt surge con la fundación, en 1923, del Instituto para la Investigación Social, en el periodo que se corresponde con la República de Weimar tras la derrota de Alemania al término de la Primera Guerra Mundial y se extendió entre los años 1919 y 1933, cuando Hitler aprovecha de la gran crisis económica y el descontento social para imponer en Alemania el totalitarismo nazi. A este período lo conocemos como el Tercer Reich.. Entre las ideas delirantes de Hitler y sus seguidores nazis se encontraba la de la defensa de raza aria frente a las razas inferiores. Con el fin de dar una “solución final” al “problema judío” deciden exterminarlos en esas fábricas de horror y muerte en las que se convertirán los campos de exterminio: Dachau, Mauthausen, Auschwitz-Birkenau. En ellos fueron torturados y masacrados judíos, eslavos, disidentes de todas clases y prisioneros de guerra (entre ellos republicanos españoles en Mauthausen), todos ellos considerados “enemigos del Estado.” Entre dichos “enemigos” se encontraban los frankfurtianos, quienes hubieron de exiliarse en el mejor de los casos. Al mismo tiempo, el afán expansionista de Hitler desencadena la Segunda Guerra Mundial en 1939.
También en los años veinte y treinta se endurece el comunismo en Rusia y en las Repúblicas Soviéticas bajo el mando de Stalin, y pasa a convertirse en auténtica dictadura del terror. Radicalizando las tendencias autoritarias presentes entre los bolcheviques desde la Revolución Rusa de 1917. Stalin anuló todas las libertades, reprimió todo signo de pluralismo y aterrorizó a la población instaurando un régimen policial. Dispuesto a eliminar no sólo a los discrepantes o sospechosos, sino a todo aquel que pudiera poseer algún prestigio o influencia propia, lanzó sucesivas purgas contra sus compañeros comunistas, que diezmaron el partido, eliminando a la plana mayor de la Revolución.
No debemos olvidar el Fascismo italiano de Mussolini, quien accede al poder en 1922, populista, represivo, policial, en definitiva: otro sistema totalitario como dos anteriormente mencionados.
Tras la derrota de Alemania y sus aliados en 1945, el mundo se polariza en dos grandes bloques: los EE.UU. y sus aliados y la URSS y sus aliados. Capitalismo y Comunismo se enfrentan en un clima no abiertamente bélico por la hegemonía. Son los años de la guerra fría.
A partir de 1960 las dos potencias comienzan a dar pasos para suavizar el conflicto, y la guerra fría va dando paso a un intento de coexistencia pacífica. El comunismo ruso adopta posiciones menos combativas (en parte, a consecuencia del auge de China). Algunos partidos socialistas occidentales moderan igualmente sus tesis y derivan hacia la social-democracia.
La sociedad europea asume el neocapitalismo que supone una nueva consolidación de la burguesía, a costa, sin embargo, de concesiones a los trabajadores: mejoras salariales y de las condiciones de trabajo, seguridad social, etc. Estamos en el llamado Estado de Bienestar y en la sociedad de consumo. Pero la indudable prosperidad material aparecerá pronto acompañada de un nuevo y hondo malestar ante nuevas formas de alienación: la presión de la publicidad que impulsa a consumir más y por ello obliga a trabajar más; la degradación de la calidad de la vida: malestar vital, contaminación, degradación ambiental...
Como respuesta a este “malestar en la cultura” (parafraseando a Freud), surgen nuevos movimientos de izquierda revolucionarios que intentan despertar la conciencia de las masas “adormecidas” por la sociedad de consumo y replantean la necesidad de una revolución total. Tal es el caso de Francia, el Mayo del 68, en el que estudiantes y trabajadores se alían para luchar contra el capitalismo. Estos sucesos se extendieron por la República Federal Alemana, Estados Unidos o Checoslovaquia (Primavera de Praga) España, México, Uruguay… Todo este hervidero revolucionario fue apoyado por los frankfurtianos y no se explicaría sin la rebelión del Movimiento de Libre expresión (Free Speech Movement) de la Universidad de Berkeley (1964), cuyo teórico era Herbert Marcuse.
2. CARACTERES GENERALES DE LA ESCUELA DE FRANKFURT
2.1. BREVE RECORRIDO
La llamada Escuela de Frankfurt surge con la fundación, en 1923, del Instituto para la Investigación Social (IIS), interesados en desarrollar una reflexión global sobre los procesos que consolidan la sociedad burguesa-capitalista desde una óptica marxista.
En 1931, bajo la dirección de Horkheimer, cambia la orientación: en
vez de centrarse en estudios exclusivamente marxistas, se realizan
investigaciones interdisciplinares: sociología, psicología, etc, aunque
predomina la reflexión filosófica. En este periodo pasan a formar parte
de la escuela Fromm, Adorno, Marcuse, entre otros, dando lugar a la que
fue llamada "teoría crítica". El proyecto de ésta era retomar,
profundizándola, la teoría de Marx - como teoría crítica del
capitalismo- , incorporando los desarrollos de Freud en lo relativo a
la sociedad. En 1934, año siguiente de la llegada de Hitler al poder,
los nazis cerraron el Instituto por las tendencias comunistas y la
ascendencia judía de la mayoría de sus miembros, muchos de los cuales
se exiliaron y algunos murieron. Horkheimer trasladó la actividad de la
escuela a Ginebra y París, y finalmente en ese mismo año se instalan
en la Universidad de Columbia (Nueva York) abriéndose así su etapa
norteamericana.
La primera obra colectiva de los frankfurtianos son los Estudios
sobre Autoridad y Familia, escritos en París, donde estos hacen un
diagnóstico de la estabilidad social y cultural de las sociedades
burguesas contemporáneas. Hacia 1947, con la aparición de "Dialéctica
del Iluminismo", escrita por Horkheimer y Adorno, se verifica un cambio
de posición en relación al marxismo, cuyo nombre ya se evita.
Con Fromm y Marcuse se produce la incorporación del psicoanálisis a la teoría crítica.
Las ideas de los frankfurtianos influyeron en gran medida en los movimientos contestatarios de la década de 1960.
Las ideas de los frankfurtianos influyeron en gran medida en los movimientos contestatarios de la década de 1960.
Jürgen Habermas, tras la muerte de Adorno y Horkheimer, es el
principal representante de la segunda etapa de la Escuela de Frankfurt.
En la trayectoria cronológica de la Escuela de Frankfurt habría que subrayar cuatro etapas determinantes:
a. La primera comprendida entre los años 1923-1931, es decir, desde
la fecha de su fundación, y en la que el Instituto de Investigación
Social se vincula a la Universidad de Frankfurt y la elección como
nuevo director del Instituto de Horkheimer.
b. La segunda del 1931- 1950 bajo la Max Horkheimer, en la que se
publica la Revista de Investigación Social, (1932), Esta segunda etapa
coincide con el ascenso del Nazismo, el exilio y la muerte de algunos
de sus miembros. Periodo más centrado en la crítica a los
totalitarismos. No obstante, el contacto con la sociedad norteamericana
introduce y consolida el estudio de la sociedad post-industrial y sus
estructuras sociopolíticas y culturales. La vuelta de Max Horkheimer a
Alemania en el año 1950 cierra esta etapa.
c. Desde 1950 hasta la muerte de Adorno en 1969 y de Horkheimer en
1973, es en esta etapa en la que se escriben las obras fundamentales no
sólo de quienes volvieron a Alemania, sino también de quienes
permanecen en Estados Unidos como Marcuse.
d. La cuarta etapa supone el surgimiento de la "segunda generación" entre la que cabe destacar a Jürgen Habermas.
d. La cuarta etapa supone el surgimiento de la "segunda generación" entre la que cabe destacar a Jürgen Habermas.
2.2. TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRÍTICA; INTERDISCIPLINARIEDAD; CRÍTICA AL POSITIVISMO
Los frankfurtianos entienden por teoría tradicional aquella que considera que la ciencia es un saber objetivo y neutral, guiado por la búsqueda desinteresada de la verdad. Tal es la posición del positivismo. Sin embargo, según los de la escuela, la posición positivista es una ideología al servicio del poder establecido y legitima las distintas formas de dominación del ser humano. La razón positivista, la teoría tradicional es considerada una razón instrumental que se centra en los medios y no en los fines, convirtiendo al ser humano en un medio.
La teoría crítica, por el contrario, considera que la razón ha de
ser crítica frente a todo tipo de ideología manipuladora y alienante,
que pretendiendo dominar la naturaleza ha terminado dominando al ser
humano, tal y como se observa en el surgimiento de los totalitarismos.
El objetivo de la teoría crítica es fundamentalmente emancipador: la
razón debe liberar al ser humano, no esclavizarlo. Su meta es una
sociedad más justa y para ello es necesario aunar teoría y praxis. El
análisis de la sociedad requiere una perspectiva interdisciplinar
2.3. ANÁLISIS CRÍTICO DEL MARXISMO.
Los frankfurtianos critican diversos aspectos de las predicciones
de Marx. En primer lugar: al considerar que el proletariado ya no podía
ser una clase revolucionaria que transformara la sociedad alienante
capitalista porque dicho sistema había conseguido aburguesarlo,
integrarlo en el sistema de consumo creciente. En segundo lugar, los de
la escuela creían que el colapso del capitalismo del que habló Marx, no
se produciría porque las crisis económicas podrían evitarse mediante la
intervención política y económica. En tercer lugar, Marx creía que una
sociedad justa haría a los seres humanos más libres. Horkheimer, por el
contrario, manifiesta que a mayor libertad, menor justicia y viceversa.
A mayor libertad, mayor peligro de abuso y totalitarismo. A mayor
justicia, más represión y vuelta al totalitarismo.
2.4. ANÁLISIS CRÍTICO DE LA ILUSTRACIÓN.
La experiencia vital e histórica de los miembros de la Escuela de Frankfurt provocó un giro en su pensamiento. La barbarie sistemática y racionalmente organizada les hizo desconfiar de la capacidad del hombre y especialmente de la razón para lograr construir sociedades justas e igualitarias. Los filósofos ilustrados creían que los problemas de la humanidad tendrían solución cuando el ser humano fuera capaz de aplicar la razón a todas las esferas de su vida. Su optimista confianza en el progreso humano gracias a la “divina” razón, cargada de elementos míticos, hizo temblar al mundo con armas hasta entonces desconocidas. La Primera y la Segunda Guerras Mundiales, los campos de exterminio nazis, las bombas nucleares mostraron el poder mortífero y maquiavélico de la razón o de la paradójica “racionalización” de la destrucción. ¿Es ese el poder emancipador de la razón? ¿Y qué decir de la alienación de las sociedades neocapitalistas en las que los seres humanos son instrumentalizados en aras del todo poderoso mercado o de las necesidades productivas?
El fracaso de la razón instrumental es una de las ideas centrales
de la Dialéctica de la Ilustración, de Adorno y Horkheimer. Ambos se
mostraron profundamente críticos, escépticos y pesimistas frente a la
capacidad racional humana.
2.5. ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS TOTALITARISMOS Y DEL NEOCAPITALISMO.
En un principio los frankfurtianos confiaron en el marxismo como
única posibilidad conjugar el ideal proletario de justicia con el ideal
liberal de progreso. Reivindicaban al individuo frente a la sociedad
capitalista que alienaba al ser humano, reduciéndolo a mero productor y
consumidor. Esta crítica pretendía despertar la conciencia del
proletariado para luchar contra el totalitarismo y conquistar la
emancipación, pero, en los años treinta, los integrantes de la Escuela
se percataron de la incapacidad del proletariado para llevar a cabo
esta tarea.
Tras ese momento los de la escuela llegan a la conclusión de que el
proletariado ha desaparecido integrándose en la clase media de
postguerra, ajena a cualquier tipo de revolución. Además el marxismo ha
sido desvirtuado por la práctica totalitaria de los regímenes
comunistas, como el implantado por Stalin, donde se ha perdido el ideal
de justicia y se han eliminado las libertades básicas. La teoría
crítica se centra, entonces, en la crítica a la creciente
despersonalización y cosificación de las sociedades neocapitalistas
provocadas por la sociedad de consumo y el control tecnológico. En las
sociedades neocapitalistas todo intento de disidencia termina
convirtiéndose en una mercancía (ej.: el Che y las camisetas, chapitas,
posters.) El nivel de vida sube y, al mismo tiempo, todos estamos más
controlados, más sometidos a la burocracia y a un exceso de
normatividad. Los medios de comunicación al servicio de los intereses
de mercado manipulan las conciencias y fomentan la uniformidad
difundiendo una serie de valores, gustos y necesidades que convierten
al individuo en un elemento más de la masa. Por todo ello, las
sociedades neocapitalistas son una forma encubierta de totalitarismo.
SARTRE
CONTEXTO HISTÓRICO DE SARTRE:
Sartre nace en París en 1905 y muere en la misma ciudad en 1980. Se trata de uno de los máximos representantes del existencialismo. Éste es una corriente filosófica que surge en Europa en el siglo XX, teniendo su máximo apogeo entre las décadas del 40 al 60. Sin embargo sus antecedentes se remontan al siglo XIX con Kierkegaard. Su interés se centra en la pregunta por el sentido de la vida. Filósofos pertenecientes a este movimiento son entre otros: Heidegger, Jaspers, Sartre, Simon de Beauvoir, Camus, etc. Pero el existencialismo es imposible de entender al margen de los grandes acontecimientos que pasamos a comentar:Sartre vive la época de entreguerras (1914-1945) y la inmediata postguerra La postguerra es precisamente el periodo por excelencia del existencialismo. La I Guerra Mundial se desarrolla entre 1914 y 1918, al tiempo que se produce la Revolución Rusa en 1917. Este período se caracteriza por conflictividad social, la aparición de la sociedad de masas y el surgimiento de las vanguardias en el plano artístico. Tras la crisis económica de 1929 los sistemas totalitarios fascistas se imponen, desembocando en la II Guerra Mundial. En el plano cultural París sigue siendo el centro mundial donde se desarrollan las vanguardias artísticas, literarias o filosóficas: surrealismo, dadaísmo, cubismo, existencialismo… De este modo el existencialismo se populariza y Sartre se convierte en uno de los filósofos más conocidos del mundo.
La II Guerra Mundial fue un conflicto de dimensiones catastróficas para occidente. La población civil sufrió la peor parte de este cruel conflicto: La guerra civil española, el holocausto, las purgas soviéticas, y la represión en toda la Europa ocupada por los nazis. Poco a poso se desarrolla un sentimiento colectivo de absurdo, una pérdida de sentido de la vida. A partir de 1940 el territorio galo es ocupado por los nazis durante cinco años. Sartre partidario en esas fechas del comunismo, pasa a formar parte de la resistencia a la ocupación. Cuando la guerra acabó en 1945, Europa está empobrecida y moral y políticamente desorientada. Los EEUU y la URSS son ahora las dos potencias hegemónicas. Los países europeos ven decrecer su importancia política. Todo esto trae como consecuencia el proceso de descolonización:
En efecto, el proceso de descolonización de Asia y África en las que Francia, seguía manteniendo colonias se va abriendo paso tras la situación catastrófica abierta por la II Guerra Mundial. Los países europeos estaban perdiendo su capacidad para mantener el control colonial. Los frentes de liberación nacional coloniales van tomando conciencia de sus posibilidades reales de liberarse de las metrópolis. Los existencialistas, y concretamente Sartre, desde posiciones izquierdistas denuncian la brutalidad e injusticia colonial y demandan activamente la liberación de los países colonizados, desde conferencias y revistas como Les Temps Modernes, fundada por Sartre y Merleau-Ponty.
El activismo político de Sartre y los existencialistas continuó con las protestas estudiantiles, a las que se unieron los obreros, del mayo del 68. Sartre abandonó el partido comunista y se adhirió por entonces a la extrema izquierda maoísta. Colaboró con los estudiantes rebeldes, participó en las Asambleas de la Sorbona, en manifestaciones huelgas.
La importancia del existencialismo se va diluyendo a partir de los años 70” del siglo XX. En los años 80” se populariza otra corriente de pensamiento: la postmodernidad, integrada por autores de diverso origen y tendencia: tales como Lyotard y Váttimo. Los filósofos postmodernos tienen en común la crítica a la noción clásica de sujeto y el humanismo por considerarlos etnocéntricos; la desconfianza hacia las ideologías emancipatorias incluidos el marxismo y el existencialismo; la pérdida del sentido de la historia ya que no podemos confiar en la noción de progreso ni existe un ideal sujeto humano a alcanzar; un concepto retórico de la verdad, cercano a Nietzsche, que descofía de los discursos grandilocuentes; gusto por la fragmentariedad y alejados de los grandes sistemas filosósicos, etc. En general, los postmodernos denuncian la filosofía moderna, incluido el existencialismo tal como venía desarrollándose desde la Ilustración.
1. EL SER HUMANO COMO LIBERTAD: ANGUSTIA, DESAMPARO Y DESESPERACIÓN
Tras los horribles acontecimientos y vivencias de la I y II Guerras Mundiales era natural preguntarse ¿Qué cosa es el ser humano? Hasta entonces los filósofos habían confiado en la capacidad racional humana y su sociabilidad. Sin embargo las barbaridades cometidas en los dos conflictos referidos nos devolvía una imagen de la humanidad inquietante.
A la pregunta por el ser humano, Sartre responde que nos definimos como seres libres: “ESTAMOS CONDENADOS A SER LIBRES”. Es cierto que vivimos en medio de unas circunstancias, una situación, pero Sartre niega la existencia de determinismos de todo tipo: teológico, biológico, psicológico o social (ni Dios, ni la naturaleza, ni el inconsciente ni la sociedad nos obligan a actuar de una determinada manera) Al contrario: somos lo que hemos querido ser y siempre podremos dejar de ser lo que somos.
La LIBERTAD es el modo que tenemos de responder a las diversas situaciones que se nos plantean. Somos nosotros en cada acto los que nos vamos haciendo lo que somos. Esto significa fundamentalmente que somos RESPONSABLES y que no podemos escondernos detrás de las excusas. La conciencia de la responsabilidad se convierte en ANGUSTIA ya que nunca podremos saber a priori si hemos elegido bien. La existencia es así angustiosa inseguridad.
"En la angustia adquiere el ser humano conciencia de su libertad o, si se prefiere, la angustia es el modo de ser de la libertad como conciencia del ser". Sartre: El Ser y la Nada”
La angustia no es tener miedo a algo externo, sino miedo a nosotros mismos al saber que somos responsables de nuestros actos, pero es que, además, con cada decisión que tomamos, estamos afirmando un modelo de conducta válido para todos. En cada acto comprometemos a la humanidad entera.
El no poder poner excusas a nuestra conducta al ser conscientes de nuestra libertad nos sentimos DESAMPARADOS, porque estamos solos frente a nuestras elecciones, no hay un Dios que nos dicte lo que debemos hacer; no hay una moral establecida que nos imponga unas normas: somos nosotros desde nuestra conciencia de la libertad intransferible los que nos vamos definiendo a nosotros mismos.
Pero el reconocimiento de la propia libertad implica el reconocimiento de la libertad de los otros. El ser humano no es sólo subjetividad, un ente aislado, sino también INTERSUBJETIVIDAD: no hay “yo” sin “tú”. La libertad de cada uno de nosotros se enfrenta a otras libertades. Pero ¿es posible tratar al otro como a un sujeto, como un ser que tiene sus propios proyectos, como un ser libre? La respuesta de Sartre es pesimista: No. En la relación con los demás pueden suceder dos cosas: o bien el otro nos tratará como meras cosas o bien nosotros lo trataremos a él; yo intento utilizar al otro y el otro intenta utilizarme a mí. La esencia de las relaciones interpersonales es el conflicto. Sartre expresa gráficamente esta idea señalando que “EL INFIERNO SON LOS OTROS”.Sartre: A puerta cerrada
Ser libre significa que somos responsables y que nuestra vida es un PROYECTO. Pero cuando pretendemos refugiarnos en excusas, cuando nos mentimos a nosotros mismos acerca de nuestra responsabilidad, nos autoengañamos, incurrimos en lo que Sartre llama “MALA FE”. La mala fe es a la vez conocimiento y desconocimiento: primero somos conscientes de que nuestra libertad es causa de nuestro futuro, pero por luego fingimos desconocer que somos lo que somos por nuestras decisiones del pasado. Este es el modo que tenemos de liberarnos de la angustia que nos causa la libertad. La «MALA FE», consiste en engañarnos a nosotros mismos fingiendo que no somos responsables de nuestros actos. De ese modo elegimos renunciar a nuestra propia humanidad porque nos “cosificamos”, nos vemos a nosotros mismos como una simple cosa, que las circunstancias u otros manejan. Pero Sartre nos recuerda que ya no hay excusas, que debemos asumir nuestra libertad, y la angustia y el desamparo que la acompañan porque con cada elección comprometemos a la humanidad entera. De ahí que cuando elegimos debemos preguntarnos ¿Querría que todos actuasen del mismo modo en mi lugar? La mala fe es un modo de EXISTENCIA INAUTÉNTICA. Afrontar el hecho permanente de que somos libres es por el contrario una EXISTENCIA AUTÉNTICA.
2. RELACIONES ENTRE ESENCIA Y EXISTENCIA HUMANAS EN EL EXISTENCIALISMO.
“El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.”Sartre:El existencialismo es humanismo
La distinción entre esencia y existencia se debe a Avicena. Posteriormente llega Tomás de Aquino la emplea para distinguir los seres contingentesà las criaturas, y el ser necesarioà Dios. En efecto, según el aquinate, Dios es el ser necesario, es el único ser en el que la esencia se identifica con la existencia, su esencia consiste en existir.
Siguiendo a Aquino, Dios crea las cosas a partir de las ideas eternas. Somos la realización concreta del concepto de ser humano que tiene Dios. A partir de la Edad Moderna, el concepto de Dios va siendo cuestionado por los filósofos, sin embargo la idea de que LA ESENCIA PRECEDE A LA EXISTENCIA sigue vigente; y se sigue pensando que existe la naturaleza humana, cada ser humano es un ejemplo concreto de la esencia humana.
Si negamos la existencia de Dios llevando la contraria a los pensadores cristianos, deberemos asumir que tampoco existe una esencia previa a la existencia del ser humano, porque nuestra existencia no ha sido planificada por la mente divina siguiendo un modelo ideal, una esencia. La consecuencia de la negación de la existencia de Dios trae como consecuencia inmediata la negación de que exista una “naturaleza humana” (=esencia humana), una idea a priori de ser humano. No existe la naturaleza humana, porque no hay Dios que la haya diseñado. Entonces debemos concluir que “la existencia precede a la esencia”
Todo lo anterior significa que el ser humano está “ARROJADO A LA EXISTENCIA”, es decir, que el estar aquí en el mundo no se debe a ninguna intención o necesidad divina, que la vida carece de sentido, es ABSURDA. Somos CONTINGENTES (si no existiéramos no pasaría absolutamente nada). Estamos aquí porque sí, sin un motivo, gratuitamente. No hay un sentido previo a nuestra existencia. El ponernos frente al absurdo de nuestra existencia es lo que genera la NÁUSEA, una sensación de vértigo en la que tenemos la tentación de liberarnos de ese mal que es el sinsentido de la vida, una mala digestión del absurdo. La nausea es, por tanto, experiencia originaria del ser: la conciencia de que nuestra vida carece de sentido.
Pero aunque la vida no tenga sentido, eso no significa que no podamos dárselo ¿Cómo? Aceptando que nuestra existencia es un PROYECTO, es decir, que gracias a la libertad podemos ir definiendo nuestra esencia. Con cada uno de nuestros actos vamos decidiendo nuestra esencia, lo que vamos siendo, y al mismo tiempo al elegir nuestros principios de vida y valores definimos con cada acto a la humanidad entera.
Vemos por todo lo anterior, que el existencialismo de Sartre es consecuencia, como él mismo afirma, de su ATEÍSMO, porque: si existimos sin causa divina, entonces somos libres y responsables de nosotros mismos, determinando con cada acto nuestra esencia. Niega también la existencia de una naturaleza humana, pero a la vez afirma la existencia de lo que él llama “CONDICIÓN HUMANA” que es el marco de acción que limita a nuestra conducta, que nos conecta al resto de los seres humanos y gracias a los cuales podemos comprendernos:
a) Estamos arrojados en el mundo;
b) Tenemos que trabajar;
c). Vivimos en con los demás y…
d) Somos mortales.
3. LA REALIDAD: LA NADA.
"El hombre es el ser por el cual la nada adviene al mundo."Sartre: “El ser y la nada”
En su obra de 1943, “El ser y la nada” Sartre se propone una investigación del ser, siguiendo el método fenomenológico, al igual que anteriormente hiciera Heidegger. Sartre reduce lo existente a lo que aparece ante nuestros sentidos. Así, la tarea de la filosofía será describir dicha apariencia. Comienza distinguiendo entre: ser en sí àmundo y ser para síàser humano.
El “ser en sí” es el ser propio de las cosas, del que sólo se puede decir que “existe”. Este ser no es consciente, es sencillamente “lo que hay” (una casa, una piedra…); En cambio el “ser para sí”, es la consciencia propia del ser humano. En sí misma es un vacío, nada, mera posibilidad, representa la libertad frente al determinismo del en sí, Ahora bien, el ser para sí es el que aporta un sentido, un significado al mundo, al ser en sí.
El ser para sí, el ser humano, no tiene una esencia o una naturaleza previa: es pura libertad, no está determinado. Sartre afirma que primero el hombre existe, y sólo después es una persona u otra, se va definiendo como sujeto cuando elige cómo actuar en cada situación. El ser del hombre es indeterminado, es pura nada.
Sartre afirma que la experiencia de la nada es correlativa a la del ser. La nada no es algo extraño al hombre, sino la consecuencia implícita en su libertad, pues el hombre es el único que puede introducir su capacidad de “néantisation” (capacidad de decir “no”) en el ser. Porque somos humanos somos libres; porque somos humanos podemos decir “no”. Por eso Sartre identifica la nada con la libertad: el ser humano existe en una actividad, realiza actos mediante los cuales se va definiendo, va llegando a ser sí mismo.
«El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho (...) El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere».
La nada está en el origen y en el fin del ser humano: cuando vivimos una existencia auténtica también somos conscientes de nuestro límite: la muerte, la nada. Heidegger afirmaba igualmente que el ser humano es un ser para la muerte. La angustia y la nada son, para Sartre, el destino de la humanidad, de ahí que la frase final de su obra "El ser y la nada" afirme: "El hombre es una pasión inútil".
En "El existencialismo es un humanismo" de1946, mantiene una posición más optimista afirmando que el existencialismo es una filosofía de la libertad y la acción, la dignidad humana reside en la libertad, gracias a ella el ser humano siempre trasciende su situación concreta, aspira al futuro sin estar determinado por su pasado, se traza metas y en este trazarse metas construye su ser; de ahí que el existencialismo sea también una doctrina de la acción.
Fuente: http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/filcontempor.htm
http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/marx.html
http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/niettem.html
http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/E-Frankfurt.html
http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/sartre.html
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